jueves, 4 de junio de 2009

ABIERTO POR VACACIONES



Os lo contaba ayer. El día de hoy ha sido de respiro (total) de muchas cosas, aunque uno no llega nunca a descongestionar... A veces cuando te libras de la vida normal para descansar acabas dedicando el tiempo de ocio a pensar en aquello de lo que pretendes salvarte. Las primeras horas del día seguía en el despacho. Seguía con el run-rún diario y la agenda mental de organización. Pero el mar siempre le salva a uno. Los barcos, que pasan y se van, los que se bañan, los que pasean por la orilla, los que hablan, los que se quedan en silencio, los que miran alrededor... Recuerdo mi infancia paseando por el Saler con mi madre. De pequeño andaba mucho a orillas de mi Mediterráneo chafando el agua dura y húmeda donde acaban las playas y empieza el mar. Hoy no he paseado. Pero quieto, tumbado, entreviendo imaginada Ibiza al final del mar, he paseado por mí mismo y mucho. Un acierto. Aire fresco, sonido a mar y brisa de la playa. No me ha llegado la botella con su tapón de corcho, igual la han tirado, pero no he mirado a ver si la encontraba... Las cosas como son.

He regresado a casa, me he duchado para quitarme la arena que siempre se coge a la piel para rebozarte y me he ido a comer a un japonés... Risas y tepanyaki, wasabi y ensalada de pepino, palillos y ternera, langostinos con sal y pimienta, pulpo agridulce... Mi día de vacaciones ha sido un menú de optimismo y de las cosas que me gustan. Con freno, para poder paladearlas... Y he disfrutado. Más todavía.



Al salir del restaurante me he ido a ver "Slumdog Millionaire". Otra vez la India. Otra vez los recuerdos de aquella aventura que me sigue y perseguirá siempre. He reconocido los escenarios, sus gentes, las situaciones, los niños mendigos, el calor de aquella tierra, la humedad agarrada al corazón... ¡Fantástico! Si no la habéis visto todavía, no os la perdáis. Toca. Llega. Rasca. Emociona. Un acierto...

Al final del día he vuelto a la agenda. Y luego un trina de limón en la cafetería y algo de conversación, que siempre viene bien... No me he apuntado a una cena y copeteo que me ha salido para la última hora del día. El cuerpo me ha pedido volver a casa bajo la tormenta de verano, con sus truenos y gotas gordas que lo arrasan todo... Mañana seguro que sale el sol. Y yo, a vivir, rojo cangrejo, los paseos por la vereda... Como cuando andaba, con mi madre, a la orillita del mar...

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