martes, 16 de junio de 2009

CIELO DE SEIS



Es lo más parecido que recuerdo al cielo de esta mañana... A las seis, tumbado en la cama, el cielo, ante mí como una pantalla de cine. Un auténtico espectáculo. El cielo totalmente celeste, más que nunca, a primera hora del día... Las nubes de un magenta de ensueño, una locura irracional para los sentidos. A las seis de la mañana, bajo mi persiana, en mi ventana, una estampa increíblemente bella...

Hacía tiempo que no veía un cielo así. Dudo mucho que nadie lo haya visto desde hace mucho. Era impresionante, de verdad. Increíble. Como si no hubiera despertado y mi sueño intentase imaginar el cielo más bello que nunca se hubiera visto. Era un ensueño, algo mágico, irreal. Un regalo, el mejor regalo para empezar el día...

Me he quedado, con la nuca sudada, notando la brisa que se dejó el rocío, un buen rato mirando al cielo. Encantado por aquella sensación, enamorado de lo que veía por allí, de lo que intuía, de lo que me mostraba... He sido testigo, no sé si alguien más lo ha disfrutado, del cielo más bello con el que me pudiera despertar... No hay razón lógica que albergue los colores que me despertaron esta mañana... Y lo demás, como un sueño. Las nubes, el reflejo del primer sol, el intenso azul de un cielo que se sabe ya de día... Un tesoro de belleza que descubrí a las seis. Una suerte. La mía.

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