martes, 13 de noviembre de 2012

VÍSPERAS DE MARTES Y TRECES


Casi son las dos de la mañana y un poco de chocolate me deja sabor a pólvora en la boca, pura poesía. He recordado ya unas cuantas veces que estamos a martes y 13, pero he decidido que el martes empiece a partir de que despierte. Cuando despierte. Hoy, sigue siendo lunes, después de "Tu cara me suena", de hablar con Moni para quedar mañana después de la comisión, después del pleno municipal, de hablar por teléfono con Merche,  de decirle a Mabel que no podré mañana estar en la radio,... Después de llevar todo el día whatsappeando y recordando la fiesta del sábado, que se alargó otro tanto.

A primera hora del despertar, colgué la canción de "Mi princesa" de David Bisbal en el facebook, porque no podía haber otra razón que llevar a mi facebook. Los me gustan y los comentarios hicieron el resto. Todo risas y una autorecomendación: que nunca el dolor sea tanto como la felicidad de hoy, las risas rescatadas... Esta canción siempre tuvo un valor para mí, una canción que perdí hace dos sanjuanes o tres... Qué mala es la mala memoria. Desde este finde, con mis risas a cuestas, tengo que recordar la canción por otros motivos. Felicidad. Diversión. Risas. Felicidad (repetida). Y el temor de que vuelen momentos como el de hoy.

Paso la mañana vía chat riendo ocurrencias y demás. Recordando antes de ayer. Y una máxima recordada a lo largo del día, hoy que todavía no es martes y 13, de no querer quedarme colgado al recuerdo de nada, porque nos obliga a no mirar hacia adelante.

Hablo con Cris y le comento como batallo entre síes y noes en mi vida: como ella me dice soy de batallar no de renuncias, pero me complico la vida al pensar. Y no pienso. Y me pongo a limpiar el hogar y es como si todo se hubiera parado. Recuerdo ahora que hice la cama, que la desharé ahora bajo un frío de otoño, que deja 16,6 grados en estos momentos.

Me voy a dormir ya. Ha sido un gran lunes, especial, distinto. Alegre. Recordando la felicidad que antes de ayer detuvo la vida.

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Noviembre encriptado (10)
Y a lo mejor lo que me dijo el que menos esperaba, como un certero policía, fue la pista final que desvelaría el crimen. Un crimen cometido en silencio. Comedido, como siempre. Sintiendo que sería mejor la confusión absoluta de siempre que un poco de luz que aparece, soñando, y se deshace cuando me planto frente al cristal transparente que me deja ver lo que hay al otro lado... Qué curioso que así se desvelara todo. ¿Y si estuve equivocado? Tampoco serviría de nada... Si estoy equivocado, no me hallo en un momento de mi vida oportuno como para reivindicar una batalla que no sea ésta. Un crimen que no sea éste: cometido en silencio. Como siempre. El silencio.

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