sábado, 24 de noviembre de 2012

EL SÁBADO, MERCADO

Ayer viernes fue un día productivo, de no parar. Un día en que tuve tiempo para las impertinencias, para comer con los papás y Rosa en casa, para poder recuperar el flexo retro de mi niñez, para irme a la presentación de proyectos de la falla Obispo y llegar a la cena del Sector en el Hotel Playa Senator... Un día completo que terminó a las cinco de la mañana caminando por Peris y Valero en compañía del gran fallero que es Javisanz.

De la presentación de proyectos, decir que guardé los nervios, comentados con Angelita tomando un café junto a la cafetería de Abastos, de ser el primer proyecto de un artista fallero en que colaboro como guionista. El "Planet 78" de Sergio Alcañiz pinta de maravilla y me abre puertas e imaginación a un taller de ideas que no paran de bullir... La cena, con el sector, la compartí entre Elías y Marga, Rafa, Mónica y Chuso, Amparo y Félix, con Aaron y los recuerdos de la India y los de la mili. La mili que nunca tuve. Y al final, un rato con Laura charrando sobre la presentación, unas risas con Moni y Chuso a costa de la niñez de Mireia y la discoteca Mirror (que por cierto ahora se llama Noise) y con esa pareja alalimonera, Guillermo y Javi, que tan buenos ratos le dan a uno siempre. Cerramos la noche, como dije, de madrugada y casi como en un sueño, raro sueño, regresé en un taxi con un conductor negro que sabía la leche de política, tenía que ser cubano, creo o supongo, y un Artur Mas por la radio cerrando su campaña electoral en perfecto inglés.

Me acosté sabiendo que me quedaban cinco horas de sueño. Me bajé a la calle y fui a la mesa de la Cruz Roja. Allí me encontré con Pepa, que se iba al mercado. Le acompañé y por el camino nos encontramos a Tatín. Al final almorzamos juntos en el mercado. Y me regresé a casa, por la mesa de nuevo, caminito a casa. No comí. Llevaba lo almorzado. Me fui a dormir y me desperté ahora, que escribo tan rápido, porque a las seis estoy de boda. Se casan Alventosa y Silvia. Lo que dará de sí esta boda... Ya os lo contaré mañana.

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Noviembre encriptado (17)
Un patán será siempre un patán. Un patán, que además tenga necesidades de matar por su manera de ganarse la vida, cuando a la ignorancia le acompañen la falta de escrúpulos porque antepone sus necesidades a cualquier otra cosa, será un patán conflictivo. Me encantan cuando las indirectas cree que van por él. Y, sobre todo, me chifla cuando tiene la necesidad de hablar de mí sin nombrarme... Eso le hace más patán todavía. Y más patético.

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