domingo, 18 de noviembre de 2012
EL SOL DE NUEVE
Se me apodera el sueño, me gana, me vence, me convence... Hoy es un día en el que tengo claro que he estado más vivo que dormido. Me acostaba a las nueve de la mañana después de una noche de falla compartida con los artistas falleros que vinieron a Noscarmientas a nuestro particular "Entre pa i artistes".
Ayer sábado me fui a casa de Angelita, bajamos a comprar al Consum, preparamos la cena y la llevamos con Noe al casal. Vino Víctor Valero, Sergio Amar, David Moreno, Óscar Villada con David, Manolo Martín, Dani Zafrilla, Pedro Santaeulalia, Fede Ferrer y Moisés Alarcón. Gente de la falla y cenamos juntos. Entre risas y fallerío. Tomamos alguna copa. A las dos de la mañana nos escapamos a la falla de Toni y Conchín, para celebrar su cumpleaños. Me tomé con ellos un merengue de naranja e hice marcha. Volví al casal, donde fueron cayendo los invitados tal y como avanzaba la noche. Noche de lluvia absoluta. Todo agua. Y nosotros, dentro, como en casa, dejando pasar la madrugada y a la gente por la calle. Quedamos Manu, Angelita y yo con Dani y David. Vi como se apagaban las luces de la calle y en cinco minutos, como por arte de magia, empezó la calle a llenarse de luz. Hacía mucho que no recordaba esto. Salimos a la calle, nos despedimos, y en el principio de Puerto Rico las fachadas se iluminaban con sol. Caminé con David hasta la Gran Vía, luego por la Estación del Norte, donde reapareció Manolín, y luego la calle Xátiva hasta que encontré un taxi llegando a San Agustín. Llegué a casa, bajé la persiana y me dormí.
Me levanté con el tiempo justo de llegar a la falla. Me había despertado varias veces en el camino, oyendo whatsapps de gente que durmió mucho más en la noche. Al final, ducha y taxi. Llegué minutos después de las tres, sin recordar ya casi el frío helado de primera hora de la mañana. Fue como si fuera otro día, que muchas veces me ha pasado. Nos hemos ido luego a Clero, a su casal y hemos pasado la tarde hasta que Manolo me ha traído a casa. Manolo está asustado porque se le viene encima una operación de reducción de estómago. Toda la calma y suertes del mundo, que se las merece. Me deja en casa, hacemos planes para la semana y ceno una pizza con Aída de fondo. Ahora, mientras se me caen los párpados de sueño y se endurecen los dedos, una nueva misión imposible de Calleja en Cuatro sobre la nieve... Y casi, como un autómata, recuerdo que la navidad se nos cae encima.
Mañana dos cosas: cambio de hábitos y cambio de dieta. Ya.
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Noviembre encriptado (13)
Me había encabezonado con no perdonar, con no mirar hacia adelante con alguien que atrás, hace ya unos meses, se me quedó clavada la espina (y cierto dolor) por una conversación inacabada y una rabia contenida y guardada. Y al final el camino de la vida, que es el más sabio, y el paseo compartido le deja a uno la sensación de que merece la pena mirar hacia adelante. Sin orgullos. Porque hay gente que de vez en cuando intentas ponerte enfrente, pero es cuestión de tiempo que regresen a tu vera... O tú a la de ellos. Siempre lo he dicho: me enseñaron para ser buena gente. Y al final, sin quererlo, la bondad, siempre y de manera afortunada, le gana la partida a cualquier ápice de rencor. Debería de pensarlo. Más a menudo.
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