domingo, 11 de noviembre de 2012

FELICIDAD


Ayer verbalicé, que es cuando me salen las cosas, cómo sería si al morir nos quedáramos por la eternidad allí donde se nos agotó el último suspiro. Si hubiera sido ayer, me hubiera quedado con una sonrisa para siempre, porque me reí tanto, sonreí tanto, lo pasé tan bien, que fue en resumen: la felicidad. Era la boda de Conchín, que nos hizo reencontrar a Alejandro, Belda y servidor. Venía de una noche tardía entre cortes de honor, rifas, Alamedas Palace y Posadas de Ánimas en que no entré. Me dieron las seis de la mañana y ayer, poseído por el empeño de dormirme, no paré de despertar cada veinte minutos para comprobar que no llegaba tarde a la boda. No llegué. Llegué el primero y a tiempo a la Pagoda en que habíamos quedado. Álex, de repente, apareció tras de mí. Y poco más tarde Belda cruzó el paso de cebra para encontrarnos ante el Palacio de Monforte, donde se casó mi hermana.

Subimos. Pasé frío, disfrutamos de la breve ceremonia y les tiramos el arroz. Creo que en esos veinte minutos ya nos habíamos puesto al día de casi todo. Bueno, o de casi nada. No lo sé. Cogimos el coche de Alejandro en Blasco Ibáñez y tiramos para Aqualandia. Llegamos y vinimos, pero no del verbo "venir" sino del "vinar", echarse vino. En la ceremonia compartimos mesa con Inma, la hija de Conchín y su amigo Juanjo. Pasamos la boda y la pasamos re-bien. Pasamos la boda y la repasamos re-bien, mejor dicho. Con la música, al estilo de La Voz, nos giramos contra la pista de baile que hicimos nuestra. Y un ron con chachachás. Se hizo de noche: yo no recuerdo cuando dejamos de reír. Nos fuimos al Cyrano y cenamos en La Estrella. Regresamos al Cyrano y casi a las tres, ya con Boro y Elena, que acudieron al bar poco después que Marce, nos vinimos (de venir) hacia casa. Genial.

Me acosté al ritmo de un whatsapp con Alejandro recordando el día entero. Fui feliz, felícisimo. Porque lo pasé bien, pese al frío. Porque me reí tanto, porque me olvidé de todo y jugué. Sólo eso. Porque pasamos el día entero disfrutando de la boda, en compañía de nuestra amiga y de su felicidad. Que fue la nuestra.

De verdad, hoy pensar en ayer, me trae una resaca de risas y de felicidad. Un momento para toda la eternidad.

Pd: Desde ayer "Mi princesa" es una canción que me traerá otros recuerdos, "Gira a la izquierda ya" será una frase que mire con otros sentidos, que me haga sentir vivo. Desde ayer el marrón será otro color y pensaré cómo meter un pie en una piscina sin llegar a caer, lo que es mojarse, vamos, en la vida... Desde ayer pensaré cómo desaparecen las vallas que amarran a los burros... Desde ayer, ahora, sólo sabré escuchar a Amaia Montego... Desde ayer, pienso, que me encantaría repetir un día así... Tan feliz. Tan risueño...

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Noviembre encriptado (8)
Las cosas pueden pasar pero a veces no pueden ser. Hay días que no sé si podrían pasar ni si podrían ser... Y los momentos en que imagino que podrían ser, son cuando no podrían pasar... Por eso, a veces, me pierdo en pensar demasiado y finalmente, siempre, creo que pensé bien... Aunque ya no me pasen las cosas que pienso ni me suceden las que no pueden ser... 

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