Me llaman loco
por no ver lo poco que dicen que me das.
Me llaman loco
por rogarle a la luna detrás del cristal.
Me llaman loco
si me equivoco y te nombro sin querer.
Me llaman loco
por dejar tu recuerdo quemarme la piel...
[El beso, Pablo Alborán]
Ayer dediqué el día a limpiar algo, a escribir el final de la obra, como os conté, con todo lo que me despierta este año la presentación y a grabar las canciones. Cuatro horas para dos temazos. Así es: dos temazos. Como dije anoche en el facebook: ¡qué tiemble Alborán! Lanzado al estrellato musical... Acabamos de grabar a las once casi de la noche y nos fuimos a cenar tardío a la falla, con escaso público. Mari Carmen Planells y Miguel, Chelín y Toni, Rafa y nos agregamos Esther, Adri, Angelita y servidor. Nos tomamos café y copa y acudimos Rafa, Angelita y yo, pasada la una de la mañana a Clero, donde teníamos a Merche y Gerard, Marta, Mossi y Beto, Noe y Javi. Copa y risas. Nos recogimos pronto y aún nos quedamos bajo la casa de Noe y Javi contando batallitas de fin de semana. Esta noche tenemos la cena de artistas en la falla, me voy ya, como aquel que dice, a organizar todo. Y a cocinar. A cocinar mucho... Sigue Pablito, con un temazo:
Seré, un loco enamorado más
que más da si yo te quiero a rabiar
aunque después me duela más...
Seré... un loco enamorado más...
Me despertó el sonido del whatsapp. Era de día porque entraba la luz por la ventana con una fuerza de mayo casi. Cogí el móvil y me sorprendió el mensaje de Álex desde Londres. Me sorprendió y me gustó, mucho. Que de repente, un amigo que hace ya tiempo que no ves, te recuerde y tenga la necesidad de decírtelo es precioso. Revivimos momentos pasados, nos contamos las ganas que tenemos de cambiarnos la ciudad: él de venir y yo de irme a Londres, y todo con una banda sonora de gitanos y organillos en la calle. El suelo frío, de invierno casi. Y debajo de la manta, chateo en la distancia y al mismo tiempo, pienso en otras cosas y echo de menos. Algunas pocas cosas. Vuelvo a la cama, al móvil, a la conversación con Alejandro y acabamos de hablar, porque tiene trabajo y yo que incorporarme al día. Me alegró el sábado... Ya lo sabe.
Ahora, que me he quedado solo
veo que te debo tanto
y lo siento tanto... Ahora...
No aguantaré sin ti,
no hay forma de seguir así...
Me voy a dejar a Alborán puesto mientras me preparo para irme, ya contrarreloj. Mientras se carga el móvil y pienso que como Pablo Alborán se pasase por esta entrada me denunciaba por plagiarle cada verso... Discazo. Superdisco... Lo dije: me hago fan. De ésta, acabo fan...
Me queda por delante el fin de semana. Hago una pausita y os la cuento. Besos y abrazos, feliz sábado.
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Noviembre encriptado (12)
Y de repente unas palabras que vuelan libres entre nubes por un cielo de sentimientos. De repente, sin venir a cuento, despierto a la mañana y miro por la ventana. Y al otro lado del cristal, una mano amiga que tirita entre emociones que reinvento, que pienso, que imagino, que nunca sabré... Y así, a este lado de la ventana, lato por cada momento, con una felicidad absoluta y una tranquilidad que lo inunda todo. Hasta los sueños. Los sueños que sólo tengo cuando estoy despierto... Noviembre encriptado, un paso más hacia los versos que nunca escribí. El alma limpia y pura. Tranquilidad total en la vida. Y el camino que sigue hacia adelante, sin saber si en su serpeo final esconde alguna sorpresa en realidad...
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