Iba en el taxi cuando pensé que el cielo valenciano no tiene igual, si acaso el de Madrid en otoño. Hace un año volaba a Madrid, si no hoy, mañana, a reencontrarme con Mamen y pasearnos por toda la agenda cultural de mis días... Hoy me despertó Nuria al teléfono. Comí con ellos y con Ana y Alfredo, con Angelita y con Manu y me dio una alegría tremenda verles juntos una vez más. El final del primer acto me ha servido para recuperar mi vida, momentos como estos, que agradezco y vivo intensamente.
Comimos en Fosters, en el Gran Turia. Nos echamos las risas que hizo falta y volví a casa en el coche de Anita. Quedamos para repetir pronto, pero esta vez estoy casi seguro de que así será... Me cambio en nada y me voy a la falla, donde he quedado con Laura. En el despacho hace un calor infernal. Viene Manolo y nos vamos para Junta donde tenemos una reunión con la gente de Centelles. Salimos y regresamos paseando hasta la falla, hablando... Y pienso muchas cosas. Manolo se queda en la puerta de su casa y a mí me recoge un taxi en la calle Cádiz.
Llego a la tele. Hablo con Toñi. Entro en plató a las diez de la noche y salgo a la media hora después de una entrevista al alcalde de Albal. Vuelvo al despacho con Toñi, que me trae a casa. La noche cae, la medianoche está ya encima, con una luna que parece llena, pero no lo está... Ni rastro de la tormenta de ayer.
Pd: Anoche pensé si sigue teniendo sentido este blog, si merece la pena seguir escribiendo... No hay nada como el cielo de esta ciudad.
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