domingo, 23 de enero de 2011

PEQUEÑOS CORAZONES QUE ME HACEN MAYOR (MÁS GRANDE)


Me preparo en nada para salir, nos vamos de presentación de Duque de Gaeta a la Sala Canal. Ayer fue un día familiar y de amigos, resaca de una noche de altibajos. Ayer fue un día plagado de momentos fantásticos, de risas, de echar en falta y recordar, de disfrutar con los pequeños y de volver a la inocencia que algunos han perdido...
Leo en algún face ataques directos a mi persona, porque ya no son ataques políticos y no entro al trapo. No me gusta la gente que insulta, que bordea la violencia, aunque sea verbal, que descalifica sin más... No es la gente con la que me gusta dialogar: y allí callo. Callo porque no me apetece perder el tiempo con gente que se cree que está por encima del bien y del mal, que se autoproclaman progresistas, como si el progreso fuera insultar al que tienes enfrente, porque hay gente que vive de amarguras y no es mi gente... Estoy orgulloso del trabajo que realizo, lo hago con honestidad, no digo que sin fallos, pero de una manera honrada y porque creo en lo colectivo. Y cuatro borrachos de progresía te intentan desgarrar, desde el anónimato más cobarde, y me dan pena en silencio,... Que ya es otorgarles demasiado tiempo. Pero ahí se queda.

Me fui por la mañana con Edurne a ver El Conciertazo y lo pasamos de maravilla. Edurne es mayor, se hace mayor a pasos agigantados. Y nos reímos los dos: ella, que me trajo el dibujo que me dejé en casa de los abuelos, porque quiere que lo tenga. Y lo tendré. Y nos volvemos a casa y me río con sus ocurrencias y nos reímos por la calle cantando y, avergonzada, mira hacia detrás para comprobar que nadie le ve mover el culo con su tío por la calle cantando "Joan Petit"... Y me produce una ternura estupenda.

Me paso el día hablando por teléfono y me voy a comprar para darme un homenaje: me preparo una carne con setas y una salsa de romero, tomillo, laurel y ajos. Espectacular. Remato con un café bombón y una pequeña siesta donde me asustan los recuerdos de ayer...

Cojo un taxi y cruzo Valencia. En casa de Jose y María, me espera Álvaro recién despierto, con las arrugas de la manta pegadas a la frente. Es una caña de niño. Lo de guapo, ya se sabe. Divertido: tiene siempre una sonrisa puesta. Y nos divertimos los dos jugando con un muñeco del Kinder Católico... ¡Jajajaj! Nos vamos a la Feria. Llegan Aurora y Martín, antes Leo y Rafa, al rato Eva y Juanin... Nos divertimos como locos en los coches de choque, en las motos, en el Dragón... Ni esboza una sonrisa. El frío y las luces le pueden. Y disfruto como un enano cuando le veo sonreír o gritar desde el coche de choque... Y los dos, como niños, disfrutamos de la feria...

Me voy a una presentación en el Rosiña. Camino con Laura hasta el Condiment, donde cenamos con Villaplein y Mozas, Angelita está con ellos esperando. Cuando acabamos de cenar, llega Carol. Nos pasamos al Cyrano y nos hacemos un parchís. Risas hasta las tres de la madrugada. Felicito a Pau, el camarero, es su cumpleaños. Cogemos un taxi, voy dejando a los chicos en casa y bajo un manto de frío extenso me acuesto... Duermo de maravilla. ¡Vive Dios! Me despierta Jose, quedamos que ya nos veremos por la tarde y llego con unas hamburguesas y unas setas con ajo hasta aquí... Me voy a la ducha

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Canción del día: Somewhere de Barbra Streisand

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