miércoles, 6 de enero de 2010
LONDRES
El viaje a Londres (I).
Londres siempre es la ciudad de volver. Esta vez he vuelto y he tenido dos sensaciones: la de la comodidad de tu propia ciudad, es decir, reconocer las calles, los atajos, las estaciones, los tiempos, la vida de la calle... y descubrir. Creo que Londres es una ciudad donde siempre sigues descubriendo. Con Hugo emprendí mi quinta visita a la capital del Imperio y descubrí estos dos empujes que la hacen tan auténtica.
Cada viaje a Londres ha sido siempre una experiencia. Cada vez he viajado con un gente distinta y de todas aprendí y crecí, que es lo bello de viajar. ¿No? Descubrí la ciudad con Aurora, porque creo que la vida nos obligaba a que la descubriéramos juntos, a que tuviéramos un punto de inflexión en nuestro camino por el que se habían cruzado algunas pequeñas piedras. Londres fue una risa y una complicidad absoluta entonces y un resumen de Aurora: "Esta ciudad te pega tanto, Jaime". Y vaya que sí... No olvidaré nunca aquél viaje. Jamás...
Volví al tiempo con la gente del trabajo cuando mi vida allí era otra y nada nos hacía sospechar que acabaría siendo cómo es, un cambio radical en tantas cosas que mirar atrás asusta. Pese a todo ello, las fotos, que algunas veces he revisto y los recuerdos fantásticos con tantas risas... Con tantos y tan buenos recuerdos con Londres como escenario de fondo, que rememorarlo se antoja algo precioso.
Regresé con Ana, Alfredo y Manu ha correr la ciudad contrarreloj y a seguir viviéndola deprisa y con mucha intensidad. Con toda. Como cada experiencia compartida, otra más que sumar al carro de los perfectos sueños de los que nunca se despierta.
En febrero de este año me embarqué con mis padres para cumplir la ilusión de mi madre: conocer Londres. Y nada más llegar a Russell Square, entre la oscuridad absoluta que sólo tiene Londres, ella dijo: "Me quedaría aquí a vivir", sabiendo lo que es esa sensación porque yo la tengo cada vez que mis alas me acercan al Tamésis...
La última por el momento - y creo que tardaré un poco a regresar - con Hugo ha sido espectacular. Hemos pasado siete días y siete noches entre calles, metros, risas y conversaciones, como nos hemos pasado siempre la vida. Bajo un frío sofocante, con nuestras mochilas, hemos echado muchos kilómetros juntos, como toda nuestra existencia recargada de kilómetros... Pasamos bajo la nieve las campanadas y con el frío excitante del Tamésis, en silencio absoluto, sentimos que Londres se paralizó para nosotros... No hemos parado. Nada. Como es Londres. Y me ha encantado descubrir esos nuevos rincones que tenía escondidos de la mano de mi amigo. Las puertas abiertas, a nuestros pies la ciudad y la vida. Y el tiempo, que corría y pasa. Algo maravilloso, con tiempo para todo... Os iré contando...
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Nunca dejo de remar, porque es lo que siempre aconsejo a tanta gente que quiero... Pero es verdad que hay días que son lunes absoluto...
2 comentarios:
Maaaarrrciaaaaaaaaaallllllllll¡¡¡¡¡
Ruiz Escribano¡¡¡
Yo quiero ir contigo!!!
Nuki
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