martes, 26 de enero de 2010

OLFATO



Mi casa huele a plástico quemado, menos que el otro día que encendí el horno. Mi vida huele a no parar. Mis días huelen a nubes de tormenta y a invierno. Mis horas huelen a prisas. Mis amigos huelen a bondad. Mis sueños huelen a nervios...

Me da en el olfato que todo lo que se presta esta semana a ser de gran relevancia va cogido de la mano del estreno de nuestra presentación el próximo sábado. Quedan cuatro días para levantar el telón. En una hora estaré en el teatro, ensayando la obra. Nos quedan pocas horas para rematar la faena de todo un año y los nervios están ahí. Aunque decidamos disfrazarlos, están, aunque quiera dejarlos apartados de estas horas previas a todo que estamos viviendo.

No queda nada para levantar el telón, para llenar el patio de butacas, para que empiece el espectáculo. Ya hemos decidido que saldremos a pasarlo bien, como el año pasado. Pero todo anda cubierto de un recoger a última hora, de premuras y nervios. Y eso, no sé si es bueno o malo, pero calculo que es el teatro y su veneno. De aquí a nada, los papeles, las canciones, los bailes, el directo, el estreno, los nervios... Cuando me levanto, canto. Cuando me duermo, ensayo en sueños...

Y en breve, todo habrá sido y será. A la espera de un futuro. Me huele bien, pero me da en el olfato que todo se hará largo hasta que llegue el final... Los nervios huelen a felicidad intranquila... Olfato a teatro puro y duro.

No hay comentarios:

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14.

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14. "Bendita locura" En la limpieza de fotos, anoche, volvió a aparecer el bueno de Paulin...