martes, 26 de enero de 2010

ENTRE AMIGOS

Mi fin de semana empezó el jueves noche. Esperando al metro en la estación de Mislata. Estaba nervioso. Yo creo que fue premonitorio. Cuando llegué, Ángeles también estaba nerviosa. Tan nerviosa que había bajado a la estación a esperarme. Hicimos con nuestros nervios una bufanda y nos abrigamos por la calle Ruzafa. Por la plaza del Ayuntamiento, llegamos a las Barcas y de aquí, enfilados al Principal, para esperar a Carol, Elena, Nick y Marisa.



El inicio de la gala fueron risas nerviosas, comentarios de última hora y ganas porque llegara el momento y se acabara la incertidumbre. Podían pesarnos mucho las encuestas y, en contra de lo que siempre habíamos pensado, aunque la ilusión estaba, nos llegó el primer premio por "La Suspresentació". Risas. Aplausos. Subida al escenario. Recogida del premio. Bajamos al patio de butacas y nos sentamos. Sentimos las ganas de salir a la calle a gritar, a correr, a festejar, a abrazarnos con los nuestros, el resto, que esperaban ensayando en el casal. Yo no sé cómo nos saldrá esto, pero ganas no nos faltan. Y muchos ensayos. Mucho trabajo de mucha gente que se ha implicado en el proyecto más bonito que nos tocó defender...



Lo celebramos en la falla, entre amigos, como ya os conté y dejamos que pasaran las horas agarrados a nuestra felicidad más completa. Fue un éxito de noche.



Por la mañana nos reunimos en el trabajo. Seguí la marcha de siempre y pasé por el supermercado para hacer la compra. La dejé en casa y apenas si tuve tiempo para irme corriendo al cine. Manolo y Ángeles esperaban en la cola: Sherlock Holmes. Muy recomendable. Recordé el reciente viaje a Londres con Hugo y nuestras muchas peripecias. Salí y me fui de compras. A comprar el regalo de Álvaro y algunas cosas para mí... Era la felicidad extrema la que me obligó a regalarme algo, lo reconozco.

Me recogió Leo y nos fuimos a la Exaltación de la Fallera Mayor. No paramos de reírnos y de hacer de las nuestras, incluyendo una cena informal en la barra del Palau. Cuando acabó el acto, con los últimos fuegos artificiales, hice algunas entrevistas para la tele y nos fuimos al Cyrano. A seguir con el viernes...



Allí nos recogimos los amigos, unos cuantos. Mabel Obrer y su saco de sonrisas, Gueguel y Luis, Marta, Virginia, Alba y Anita, Rafa, Leo... La noche pasó entre muchas risas y nos fuimos pasadas las tantas a descansar algo, aunque fuera poco.



Me fui a comprar cosas de última hora. Cociné un cocido, caldo para la semana. Y unos hojaldres con setas y pollo con salsa de champiñones, porque venía Aurora, con sus regalos de Reyes, a comer a casa. No había descansado mucho, casi nada, pero disfruté cocinando... Me acosté veinte minutos después de comer, no podía más. Aurora y yo nos fuimos al cumple de Álvaro...



Y en el cumple, ciento y la madre. Tato, Gema, Jose, María, el pequeño Piki, Moisés, Manolo y Belén, Dani, Kone, Aure, Aurora, Hugo, Juanín, Heba, Alberto y Vanessa... ¡¡¡Todos!!! Y seguro que me dejo a alguien...



Nos echamos unas cuantas risas. Perdí y reencontré el tacón de mi bota, que arregló Perico, pericias en mano. Y martillo. Y nos recogimos en coche. Los de Sarrión se fueron de cena, yo al cumpleaños de Carlos...



Me alegró celebrar con él sus treinta, con él y con su música patillera, y con sus gominolas, y con sus amigos (nos faltaba Anita, enferma), y con sus chupitos y sus risas,... hasta que nos fuimos al Cyrano.



Por la calle seguimos haciendo de las nuestras, como se esperaba con Sergio y Laura, Carol y Angelita, Carletes y la trouppe... Llegamos al Cyrano. Estaban los de Sarrión y mi madrina, Chusa, con el primo Ángel. No me moví de la entrada del bar. Hasta que nos fuimos a la Betty. La cerramos, Aure, Hugo y yo. A las ocho menos algo. A las ocho y algo estábamos paseando a Arwen y comiendo una napolitana (por cierto, que no me gustó nada, ahora que lo pienso).
Me acosté. A la una me levanté, me recogió Bausà y al ensayo de la presentación. Comimos a las dos y ensayamos hasta las diez. ¡Por voluntad que no sea! Y repasamos guión, y no pusimos en el escenario, y fuimos felices... Cansados, pero terriblemente felices. Acabé derrotado y sin voz. Cuando Toñi me llamó casi no podía hablar. Se hizo de noche, muy de noche, de noche absoluta y oscura. ¡Como la noche oscura! Y yo... A dormir. Hasta que madrugué hoy y me fui a la junta de gobierno. Me encuentro a Rosa y Edurne por la calle, cada día más mayor... Mañana de faena. A la tele luego. Y a casa, poco rato. Descanso algo y a ensayar de nuevo. Antes a la inauguración del casal de la falla Sevilla. Y más guión... Nos quedan cuatro días apenas. Cuatro días, como estos últimos cuatro, que afortunadamente pasé entre amigos...

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