Yo la verdad que ya no sé si descanso en vacaciones o me canso más todavía, porque cogiéndome el puente como me lo había medio cogido para descansar algo, resulta que a estas vueltas que regreso a escribiros, me hallo bastante más cansado que el pasado viernes.
Después del super festival del cumpleaños de Toñi, cuatro horas después para ser más exactos, me fui con José y María a Sarrión. Venía el pequeño Álvaro que cada día está menos pequeño y más guapo. Llegamos al pueblo, donde fuimos llegando todos, y de donde surgió esta amistad que mantenemos por toda la vida. Comí con Juanin y Eva, con Hugo, con José y María, con Noe y Álvaro... Cansancio absoluto. Luego nos fuimos viendo todos y, aprovechando la feria de la trufa que se celebraba este fin de semana (exitazo absoluto) nos fuimos a los ribazos a ver cómo nos tira lo rural, que nos tira mucho...
Un jabalí buscatrufas nos sirvió de cachondeo para media tarde, lo que son las cosas. Espero que el amo del cerdo en cuestión no se enterara de nada, porque sólo hablaba en francés, según la Kone. Que tenía cara de París... ¡Ay!
Otro de los momentos rurales del fin de semana fue pasear a Arwen por la rambla y la Vía Verde. Estas escapadas, que últimamente las repito cada vez que voy al pueblo, porque nos hacemos mayores y nos gusta pasear, me sirvió para coger aire y limpiar el disco duro de mi memoria. Por aquello de ir ampliando espacio, de cargar pilas. Vi Sarrión desde fuera, y a Juanin y a Hugo, en su paseo. Es algo que me gusta hacer en silencio, muchas veces, quedarme fuera, como testigo mudo de las escenas, y ésta, la del paseo al anochecer, era realmente de película tierna.
Los peques han sido otros protagonistas. Álvaro, que empieza a ser todo un hombrecito me hizo sorprender mucho a lo largo del fin de semana. Es un tío de carácter, eso se agradece. Y cada vez sonríe más, dejando a la vista los colmillos de mi pequeño Lestat. Está obsesionado con las motos y los coches, lo tiene claro. Y nos regala a raudales mil momentos bonitos...
Tengo un recuerdo especial de la noche en que las chicas se fueron a tomar café. José se había ido a trabajar. Y el pequeño Álvaro, con su "pete" en la boca, se durmió plácidamente en mis brazos...
La pequeña Edurne crece a marchas forzadas. Ella vino a mi cama recién me desperté y comenzó a jugar con sus cosas y con sus pequeñas trolas que le hacen ser más divertida... Es una niña guapísima, por dentro y por fuera, y de vez en cuando, verla jugar o cantar tímidamente me hace ser más feliz... Lástima que no podamos compartir esos momentos más a menudo. Quizá, por todo eso, cuando la veo, la disfruto tantísimo.
Y hablando de disfrutar, uno de los momentos más divertidos de las vacaciones fue la partidita de Party con Manolo, Belén, Hugo, María y José. Nos echamos unas risas totales en la noche del domingo. Estuvimos jugando y riéndonos a tope. Lo dicho, unas vacaciones entre amigos, a tope. Eso sí, sin parar nada...
Regresé con Hugo a Valencia, después de un fin de semana pasado por trufa. Nos vinimos porque por la tarde yo tenía el primer ensayo de la gala de la tele. Levante TV ha cumplido un año. Mañana presento con Vero la gala de aniversario, un proyecto que me apetece muchísimo y más en esta tele que me ha dado tanto y tan buenos compañeros y compañeras. Estuvimos ensayando, con el cansancio a cuestas, nos echamos unas risas, nos pusimos manos a la obra y con el guión a tope. Para ir mejorando, vamos... Espero que nos salga bonita. La gente que trabaja en la casa se lo merece... Ya os cuento.
Y por la noche, fin de fiesta. Tato, el de las risas como le llama Toñi, vino sin saberlo a su fiesta de cumpleaños. La organizó Gema y salió bien, que es complicado. Me encantan las fiestas sorpresas sólo por ver la cara del homenajeado cuando se encuentra con el festival. Gema es una buena amiga mía de hace años y Tato, también. Por eso, ayer, anoche, pasarnos por el Condiment con ellos fue un regalazo para mí... Luego nos reímos a la sombra de la madera que tiene el Cyrano, que estuvo hasta la bandera y nocheando nos fuimos en taxi a Calcatta hasta que nos echaron... Vaya que si nos echaron. Se empezaba a hacer de día en el reloj, que no en el cielo. Cogimos un taxi y regresé a dormir a Mislata con Manolo y Belén. Me acosté con unas gominolas para endulzarme y con las pilas puestas... Seguimos. Sin parar. Me voy a ensayar a la falla y a seguir con la semana, que tiene visos de no parar. Menos mal que hemos recargado algo... ¿No?
martes, 8 de diciembre de 2009
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1 comentario:
yo sigo pensando que era parisino!!
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