domingo, 27 de diciembre de 2009

PASARON LAS NAVIDADES...

Los mayores las odian y los niños las añoran. Lo hacen por un desconocimiento de vida, porque tienen menos bagaje, porque no siente el dolor de la pérdida y porque aún no saben muchas cosas... Pero desde el desconocimiento tienen una verdad absoluta: la felicidad del desconocimiento que es la felicidad absoluta, la de la ignorancia... Las navidades pasaron por mis vidas arrollando los platos llenos de comida, las mesas llenas de horas, las risas, los gritos, las calefacciones...

La nochebuena os escribí por última vez. Hoy presupongo que será la última vez que lo haga desde aquí... Y desde aquella noche todo ha sido no parar...



Uno de los mejores momentos, precisamente, ha sido comprobar en la felicidad de Edurne el paso de estas navidades. Es inevitable cada noche así echar la vista atrás, echar en falta a los que ya no están, comprobar cómo nos pasa la vida, cómo se hacen mayores los papás y Mercedes, cómo somos de los silencios... Pero la pequeña Edurne nos ha devuelto la alegría por esta noche. Cuando llegó Papá Noel todo fue una fiesta. Por cierto, he debido de ser especialmente bueno porque el gordo de la barba blanca se ha portado de maravilla conmigo...

De ahí nos fuimos Merche y yo a que conociera el Cyrano. Estaban Pons y Ponsa, Angelita, Alberto, Laura, llegaron Sergio, David y Carol, Leo y Cristina... El café se fue llenando de buenos amigos... Eso es mi vida. Mi paso por vuestras vidas, por las vidas de mis amigos... Y se acaba el año. Así que es inevitable recordar, echar la vista atrás y compilar lo que fueron estos meses...



Acabamos en la Betty, hasta las siete y media de la mañana. Laura, Sergio, Merche y yo. Me encontré con Amparo. Cogimos en taxi (no resumiré los taxis que he cogido este año) y llegamos a casa. Me levanté y me duché. Desperté a Merche. Intenté escribir: no me salió nada. Resaca en el día de Navidad. Comimos los cinco en casa y vino María Jesús con Ángel y Marta. Luego, Rosa, Óscar y Edurne... Me fui a casa de José y María. Ron con cola. Tractor para Álvaro y cena. Nos fuimos al Cyrano los chicos...

Allí nos esperaban Marta y una amiga. Toñi, Palmira, Sofi, Nacho y unos amigos... Amigos. Y una baraja. Echamos un guiñote, dos chupitos y varias copas.



Y cerramos los cuatro amigos la noche en la pizzeria de la Gran Vía que me presentaron Albita y Mireia una noche fría de hace meses... Vimos caer la lluvia y dejamos que el frío se agarrase a nuestros cuellos... Hugo me llevo a casa. Me fui a dormir. Y me levanté de nuevo...



Pasé la mañana en casa. Y la tarde. Limpiando y sin hacer mucho. O nada. Casi nada. Vi Spiderman 3 en la tele... ¡Cuánto tiempo sin un cine en casa! Luego me recogió Aurora y nos fuimos a Glasol. Cocacola y risas entre todos... Llegan Aida y Pablo, Mamen, Kone,... que están más lejos que nunca pero a la vez están más cerca... Cenamos en un chino después de un paseo bajo el frío que regresa a Valencia para clausurar el año... Cuando acabamos nos fuimos a Cyrano. Y me encontre a Josemanuelacosta y a Ana, a Vicente y a Amparo... Con una caterva de amigos. Nos sentamos en nuestras mesas y nos fuimos echando las risas y las fotos. Nos dijimos mucho sin hablar nada, que dice Aurora. Y nos fuimos pasando la noche entre copa y copa.
Me alegro mucho de haber estado con todos, aunque especialmente con mis madriles con los que ya surgen planes de futuro y con Kone, a la que me gustaría ver más. En 2010, te lo prometo, iré. Bueno, y con todos los demás, claro está...


Nos salimos a las tres y media, casi ya serían las cuatro. Hacía frío entre las risas en plena calle. Recogidos junto a la puerta del café dándonos abrazos y felicidad de fin de año. Nos abrazamos para decirnos hasta luego, ojalá que te vaya bonito... Como una canción de Chavela, pero sin ronquera y con melodía feliz.



Hugo y María me llevaron a la Betty. Estaban Sergio y Laura con amigos. Y allí me planté una vez más... Demasiada gente. Aborratado (mezcla de aborrecido y abarrotado). Me encontré a Consue y a su hermano, a Albita y a Mireia con sus parejas, a Beatriz y a mi Anita. Estuve un rato, entre empujones, pasando la noche con ellos...



Y volvieron a pasar las horas y se volvió a caer la madrugada a mis pies... Y yo, cerrando el año, y las navidades pasando...



Después de todo, y con tanta actividad, la verdad es que pasaron bien y cargadas de regalos, sin embargo, algo hace que no las añore... Quizá que ya llevo años viviendo. Que añore más a los que no están y vea que el espíritu de mi infancia voló hace tiempo a Nunca Jamás...





1 comentario:

Anónimo dijo...

Me lo pase rebien! Encantada de conoceros a todos!
Hasta el proximo año... JO JO JOOOO
M.

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