domingo, 27 de diciembre de 2009

AHORA QUE TOCA DECIR ADIÓS, AHORA QUE SE ACABA EL AÑO. AHORA QUE SOMOS Y FUIMOS. Y SEGUIREMOS SIENDO. SIEMPRE.

Se me antojan lejanas las nubes de Granada, bajo el manto de nieve, apostado en la cama, reclinado en mis mareos, mis fiebres que se alargaron, mis recuerdos de primeros días...
Me parecen viejos los paseos y las risas de madrugada, estar contigo,
las calles de Londres con ellos que se hacen mayores, papá y mamá,
la nueva sonrisa del primer año del pequeño Álvaro...
Creo que han pasado siglos desde el ron de Nueve Tragos,
y los premios de una noche que siempre tendré en mi recuerdo,
las añoranzas de cuando éramos pequeños... Los reencuentros.
Los baños de sensaciones y sobrevivir a mí mismo,
la boda en la distancia de Pablo y Aída,
mis noches de carnaval y las mañanas de domingo, mirando un caracol
en su hierbabuena...
Cerrar los ojos y volver atrás: los abrazos.
Los abrazos rotos.
Los silencios y las penas...
Volver a estar en vuestros cumpleaños y en el mío.
Volver a estar en vuestras vidas y en la mía...
Las lluvias y el humo.
Mis recuerdos de la Habana. La India. Viajar: emprender el vuelo...
El Tic tac de la vida y las 10.000 visitas. Las gracias.
Comer en casa y noscarmentar nunca de nada...
Salir por ahí. Los paseos de Pascua, el camino de diciembre.
Marzo por cansancio... Por alegría.
El diván.
Lo que no os conté.
Unos ojos azules que vi... Una hoja verde, de hierbabuena. Un rebujito.
Una sonrisa.
Un dolor.
Un dolor muy grande.
Las persianas y el sol. La luz que lo invade todo.
Mis amigos que me invaden a mí.
El guiñote.
El karaoke,
los adioses.
Las cenas.
Las nuevas amistades,
el Pink, la Tasca, el japo, Ruzafa... La noche. La noche entera.
La noche en vela.
El insomnio,
los sueños.
Volver a escribir.
Reescribir.
Volver a empezar.
[Reempezar...]
Los caminos. Los atajos.
Las conversaciones.
Los silencios... Los malos silencios.
Seguir (qué duro fue).
Cuatro vasos y medio. Benedetti. Adiós.
El aire.
Cenar en casa.
Nuria y Bea.
Las bravas. El Rall. Paseo por la ciudad...
Las hogueras.
El Cyrano.
La boda de Aurora.
La boda de Raúl.
La boda de Pere.
Los amaneceres más bellos que vi nunca.
Y no parar. Edurne.
Serrat. Los Sanfermines. Amaral. La tele.
Los mensajes que siempre me llegan. Los que envié. Los que no escribí.
Parar en la playa.
Ibiza y Formentera. El placer de la amistad.
El verano de Sarrión. Mi fiesta de cumpleaños.
Cuando fuimos de la lluvia y de la tormenta.
Los proyectos que salieron...
Las noches que ganamos.
Los pequeños valores. Las grandes personas.
Los momentos bellos. Las cometas que vuelan...
Algunos libros.
Las noches y los días.
Hugo.
Cenar con José y María.
La flor del jazmín.
Reencontrarme con Nuria y con Álex. Con Juan, aquella noche...
Perderme en mi pasado,
buscarte en el futuro... Mi presente. Nuestro presente.
Ayer.
Mañana.
Las cosas que prefiero
donde estás tú.
Volar.
Vivir.
Seguir viviendo...

PASARON LAS NAVIDADES...

Los mayores las odian y los niños las añoran. Lo hacen por un desconocimiento de vida, porque tienen menos bagaje, porque no siente el dolor de la pérdida y porque aún no saben muchas cosas... Pero desde el desconocimiento tienen una verdad absoluta: la felicidad del desconocimiento que es la felicidad absoluta, la de la ignorancia... Las navidades pasaron por mis vidas arrollando los platos llenos de comida, las mesas llenas de horas, las risas, los gritos, las calefacciones...

La nochebuena os escribí por última vez. Hoy presupongo que será la última vez que lo haga desde aquí... Y desde aquella noche todo ha sido no parar...



Uno de los mejores momentos, precisamente, ha sido comprobar en la felicidad de Edurne el paso de estas navidades. Es inevitable cada noche así echar la vista atrás, echar en falta a los que ya no están, comprobar cómo nos pasa la vida, cómo se hacen mayores los papás y Mercedes, cómo somos de los silencios... Pero la pequeña Edurne nos ha devuelto la alegría por esta noche. Cuando llegó Papá Noel todo fue una fiesta. Por cierto, he debido de ser especialmente bueno porque el gordo de la barba blanca se ha portado de maravilla conmigo...

De ahí nos fuimos Merche y yo a que conociera el Cyrano. Estaban Pons y Ponsa, Angelita, Alberto, Laura, llegaron Sergio, David y Carol, Leo y Cristina... El café se fue llenando de buenos amigos... Eso es mi vida. Mi paso por vuestras vidas, por las vidas de mis amigos... Y se acaba el año. Así que es inevitable recordar, echar la vista atrás y compilar lo que fueron estos meses...



Acabamos en la Betty, hasta las siete y media de la mañana. Laura, Sergio, Merche y yo. Me encontré con Amparo. Cogimos en taxi (no resumiré los taxis que he cogido este año) y llegamos a casa. Me levanté y me duché. Desperté a Merche. Intenté escribir: no me salió nada. Resaca en el día de Navidad. Comimos los cinco en casa y vino María Jesús con Ángel y Marta. Luego, Rosa, Óscar y Edurne... Me fui a casa de José y María. Ron con cola. Tractor para Álvaro y cena. Nos fuimos al Cyrano los chicos...

Allí nos esperaban Marta y una amiga. Toñi, Palmira, Sofi, Nacho y unos amigos... Amigos. Y una baraja. Echamos un guiñote, dos chupitos y varias copas.



Y cerramos los cuatro amigos la noche en la pizzeria de la Gran Vía que me presentaron Albita y Mireia una noche fría de hace meses... Vimos caer la lluvia y dejamos que el frío se agarrase a nuestros cuellos... Hugo me llevo a casa. Me fui a dormir. Y me levanté de nuevo...



Pasé la mañana en casa. Y la tarde. Limpiando y sin hacer mucho. O nada. Casi nada. Vi Spiderman 3 en la tele... ¡Cuánto tiempo sin un cine en casa! Luego me recogió Aurora y nos fuimos a Glasol. Cocacola y risas entre todos... Llegan Aida y Pablo, Mamen, Kone,... que están más lejos que nunca pero a la vez están más cerca... Cenamos en un chino después de un paseo bajo el frío que regresa a Valencia para clausurar el año... Cuando acabamos nos fuimos a Cyrano. Y me encontre a Josemanuelacosta y a Ana, a Vicente y a Amparo... Con una caterva de amigos. Nos sentamos en nuestras mesas y nos fuimos echando las risas y las fotos. Nos dijimos mucho sin hablar nada, que dice Aurora. Y nos fuimos pasando la noche entre copa y copa.
Me alegro mucho de haber estado con todos, aunque especialmente con mis madriles con los que ya surgen planes de futuro y con Kone, a la que me gustaría ver más. En 2010, te lo prometo, iré. Bueno, y con todos los demás, claro está...


Nos salimos a las tres y media, casi ya serían las cuatro. Hacía frío entre las risas en plena calle. Recogidos junto a la puerta del café dándonos abrazos y felicidad de fin de año. Nos abrazamos para decirnos hasta luego, ojalá que te vaya bonito... Como una canción de Chavela, pero sin ronquera y con melodía feliz.



Hugo y María me llevaron a la Betty. Estaban Sergio y Laura con amigos. Y allí me planté una vez más... Demasiada gente. Aborratado (mezcla de aborrecido y abarrotado). Me encontré a Consue y a su hermano, a Albita y a Mireia con sus parejas, a Beatriz y a mi Anita. Estuve un rato, entre empujones, pasando la noche con ellos...



Y volvieron a pasar las horas y se volvió a caer la madrugada a mis pies... Y yo, cerrando el año, y las navidades pasando...



Después de todo, y con tanta actividad, la verdad es que pasaron bien y cargadas de regalos, sin embargo, algo hace que no las añore... Quizá que ya llevo años viviendo. Que añore más a los que no están y vea que el espíritu de mi infancia voló hace tiempo a Nunca Jamás...





jueves, 24 de diciembre de 2009

LO QUE HEMOS ANDADO...



Hace dos años surgieron estas hojas perdidas. Justo hoy es el cumpleaños del blog, feliz ventana abierta que os comunica a vosotros conmigo, a mí con vosotros y a mí conmigo mismo... Dos años en los que me pasaron tantas cosas que no pienso ponerme a resumirlas... Intento pensar cómo era yo tan sólo dos años antes: algo más depresivo, algo más dolido por las lluvias, algo más temeroso, incauto, intranquilo, asustado,... Ahora las cosas han ido cambiando. El camino fue proponiéndonos rasantes y cumbres cuyas cimas conquistamos con la fuerza del alma. ¡Ay, el alma! Qué importante... En estos dos años he coincidido con mucha gente sin alma y otros que intentaron quedarse con la mía por un precio impúdico y sucio. Afortunadamente, en el paseo, mientras caían las hojas perdidas, fueron muchos más los que me cogieron de la mano y me dieron un bocado de su alma... Gracias a todos ellos que en estos dos años de vida, desde aquella Paloma de Picasso que sobrevoló mi tejado roto, habéis hecho que me sienta orgulloso de mi camino... Que no siempre es fácil.
Cogido de la mano de muchos de vosotros he crecido rompiendo los límites en extremo que nunca creí que tendría. He sido dolor y llanto, rabia y pena. Pero también alegría y exceso, bondad y vuelo. Muchas más veces y con muchas más energías... Las vuestras que se unieron a la mía y me hicieron feliz. Ser yo. Crecer. A vuestro lado... Echo en falta a gente, a la que querré siempre desde el silencio y el recuerdo. Los tiempos pasados no fueron siempre mejores, fueron muy buenos, pero nunca tan bellos como los que nos quedan por llegar... ¡Ay! La vida, lo que hemos andado... ¿Verdad? Como se desgastan los zapatos, como nosotros, raídos por los achuchones descompasados, por los acelerones, los frenazos, los cambios de dirección, los pisotones... Son dos años de vida de este blog. Nunca creí que llegaría a tanto. Ni a tantos... Desde la India, desde Ibiza, desde Madrid, desde el cielo, desde el despacho, desde mi casa... Y hoy que apenas tengo tiempo de sentir, me emociono más todavía y me siento feliz...

Dejadme que comparta mi alegría con vosotros.

Contigo, que me lees ahora. Y te sientes parte de mi vida, como yo de la tuya aunque nunca nos lo digamos... Coge mi felicidad y pártela por la mitad, y quédate un trozo, y haz que como hijos del Dios más verdadero, el que reparte sólo felicidad en la Tierra, nos abracemos esta noche que es navidad... Hoy hace dos años que intento abrazarte a través de mis palabras. Hoy hace dos años que caminas conmigo, por la vida... Gracias por seguir leyendo. Gracias por seguir buscando las hojas perdidas que se descuelgan entre el amor y la palabra...
No lo decimos nunca... Pero sabéis que lo siento. Un beso. Feliz Navidad. Os quiero...

martes, 22 de diciembre de 2009

ENCUENTROS Y REENCUENTROS

Anoche, otra cena de empresa. Pero una muy especial. Con el equipo de la concejalía de Juventud con la que he ido compartiendo momentos tan especiales como intensos este año... Lo de anoche fue el broche de oro a un año de recompensas en el que nos hemos ido curtiendo, trabajando a diario. Si no fuera por ellos y ellas (que son galopante mayoría), yo no lo tendría tan fácil, desde luego.

Estuvo Mariam que es capitana de la tropa y una cómplice estupenda para el trabajo de cada día. Me senté junto a Mercedes, elegante Mercedes, que me dijo algo que me llegó al corazón y lo raspó, aunque ella no lo sepa. Gracias. A mi otra vera, Rosita Cuartero, la mujer que no sabe poner la cara seria en las fotos y en la vida. Gracias por regalarnos tus super-sonrisas en cada momento... ¡Y hubo momentazos! Estaba Pere, que es un dulzor de persona, y una cándidez que calma y relaja. Y se agradece. Y Cèlia, la joven que perdió el mate de la mirada para cegarnos con un brillo de alegría que se contagia... Estuvo José Alberto y hablamos una vez más junto a la barra del Cyrano... Y Carles, con quien regresé a casa y que es un trabajador innato y un hombre calmado y sensato... Y andaron por allí Lourdes y Mariajo, mis chicas de la UPC, que son cómplices de todo y me ayudan a cada momento con una sonrisa. Y... Estuvieron casi todos. Me dejo a algunas y a algunos, pero no es por falta de interés, o porque no se lo merezcan... ¡Es que llega un momento que me siento reiterativo hablando de las proezas del equipo!



Se apunto al festival y a la cena de picoteo y Marina Alta, Gemma, que es carácter y fuerza por raudales y que habla en un lenguaje muy similar al mío, o al menos muy entendible para mí. Nos reímos recorriendo todo, con su sombrero de ala y aquella luz posada sobre el pelo... Ella me aporta conocimientos siempre y sirve de fiel escudera para algunas batallas que no se perdieron...



Nos fuimos al Cyrano. Nos caribeamos a base de mojito y ron, otros cerveceros, alguna coca-cola y un Baileys. Junto a la barra, rematé mi conversación y abajo, en las sillas raídas del fondo se fue pasando la noche entre el gozo de ver, en la lejanía a todos aquellos compañeros con los que cada día vamos haciendo camino y mejorando el trabajo. Gracias a todas y a todos. De verdad.



Esta mañana se hizo de día antes de lo que quería. Y paseé sin paraguas bajo la lluvia. Llegué al trabajo y fui calma y hubo silencio. Y un trago de champán porque es navidad. Y sorteo del Gordo: el día olía a viernes. Casé a tres parejas bajo la premisa de bodas dichosas que nacen de bodas lluviosas. Y me fui a comer con Cris y Sonia que regresó de las tierras lejanas para recordarnos que es Navidad. Me ha encantado el reencuentro. Le he puesto al día y ella, atenta bajo su pelo recortado con un flequillo de rebeldía, se vino enfundada en un suéter multicolor que le daba alegría al cielo londinense de mi ciudad. Sonia sigue siendo la niña fuerte de aspecto frágil que se regala por las pupilas... Hablamos de todo. Sobre todo de lo mío, porque nos tocaba ponernos al día. Y acabada la comida, paseamos por la calle y nos fumamos un cigarro para acabar de contarnos... Se lo dije en la comida y lo pienso de verdad: pueden pasar años sin ver a un amigo y cuando te reencuentras tienes la sensación de que te viste ayer. En eso radica la amistad, en que no se diluye ni con el paso del tiempo. La verdadera amistad. Y con Sonia me pasó hoy. Regresó y la recordaba perfectamente. Como si nuestras últimas palabras, las postreras, hubieran sido ayer...

QUERIDO SANTA



Querido Papá Noel,

hace años que no te escribía, porque hace años que andaba con lo mío en otros sitios. Pero irremediablemente, y sin que lo esperara, mi vida empieza a centrarse en una quietud que me permite escribirte unas líneas... El espíritu de la navidad hace tiempo que no pasa por mi casa con la misma fuerza que solía llegar, pero me empeño, entre esfuerzos, por alcanzar aunque sea un pequeño porcentaje de aquella alegría infantil que sentía cada vez que sabía que ibas a llegar por estas tierras... Hace tiempo que no hay villancicos en casa, ni siquiera unas luces, qué decir de un árbol... Pero este año, quiero decirte algo. Algo que supongo aún te llegará pese a la premura del tiempo, porque los mails son más rápidos que las cartas. Perdona que no te mande sms, pero no tengo tu móvil. No sé si lo tuve alguna vez, probablemente lo he perdido, y ande apuntado en alguna servilleta de bar, en una caja con mi espíritu navideño y mi alegría por estas fechas...

Te voy a pedir salud, porque es importante. Y fuerza. Mucha. Te pido que los míos vivan la ducha de esta doble virtud, la salud y la fuerza para que juntos podamos seguir viviendo el mejor regalo que me trajiste nunca: mi vida y la gente que me rodea. Para los más pequeños de la familia, para Edurne, Álvaro, para los recién llegados Mario y Paula, y para Claudia te pido un futuro feliz, porque es el mejor presente que les podamos dejar. Que sean felices, como lo soy yo. Y que disfruten cada segundo de su eterna infancia que es cuando más amor se te tiene Santa.

A mis amigos acércales un camino de suerte, largo y recto, por el que seguir caminando. Tráeles un buen saco de fortuna. Que se alineen los hados y les cubran con un manto rojo protector de todo que les haga seguir siendo dichosos y que un aciago porvenir les sea provechoso para el año próximo.

A mis padres llévales otro saco igual de grande, de salud y felicidad, para que la compartan con Rosa y conmigo. Y otro más pequeño, de serenidad, para que su vejez, junto a nosotros sea tranquila y apacible. Feliz.

A Rosa empaquétale la prosperidad y la riqueza del alma, que siga regalándome bondad a capazos cada día y que encuentre un año nuevo plagado de sus mejores momentos y que sea la felicidad su gloria.

Y a mí, a mí sigue trayéndome los regalos que me diste desde siempre, hasta todos estos años en que no tuve tiempo de escribirte: sigue regalándome buenos momentos con mi gente, procúrales lo mejor, porque me harás más feliz, déjame un poco de salud, amor por los míos, trabajo que no falte y sonrisas. Déjame un manto entero de sonrisas para que los pueda ir regalando a cada momento del año...

Santa Claus, sé que no te había escrito desde hace tiempo. Y que lo hago en el último momento y que tendrás tantas cosas que seguramente no podrás... Pero hazme un favor. Cuela mi carta y trae las cosas que te pedí, de ellas depende la felicidad de mucha gente. A los que más quiero...

lunes, 21 de diciembre de 2009

NO SE ME TRAGÓ LA NAVIDAD... ME LA COMÍ YO!

Cualquiera podría pensar que la cercanía de la Navidad acabó por engullirme, pero no. Fui yo el que se la tomó en sorbos cortos y tragos grandes días antes de que llegara... Tengo hoy lamentablemente la sensación de que llegan las navidades... Hoy, porque vine de compras. Lamentable, ya lo dije. Pero cierto. Por cierto, que he dejado la tarjeta tiritando, pero de verdad. Asustado me hallo...

No he venido escribiendo a diario porque las últimas horas han sido tan frenéticas como las de siempre pero sin paso por casa... En toda regla, una contrarreloj con la que meterse la navidad en vena y autoconvencerse, bajo el frío siberiano que lo fríe todo, de que estamos de fiesta. Empecé el mismo jueves por la noche, tras un día intenso, con la cena de la radio. Allí estuvimos, primero de cena y viajes, luego de copas y risas. Con María Jesús aprovechamos la cena Angelita y yo para recordar lugares, rincones, espacios, momentos fantásticos de nuestras vidas... Nos fuimos con el chupito en el cuerpo al Café de les Temptacions. Matusalem con Nacho y María Jesús. Confidencias en la escalera. Matusalem con Fran. Risas junto a la barra. Puesta en marcha y al día. Matusalem con Nacho, llega la madrugada. La repasamos en un Micra hasta dar con nuestros huesos en La Caverna, como marca la tradición. Se nos hizo tarde, llegó el frío. Como marca la tradición. Fran y yo esperando un taxi, Raúl cogió el anterior. Eran las cinco de la mañana...



El viernes trabajé por la mañana y preparé mi amigo invisible de la noche. Tenía cena de empresa (¡¿?!). El problema del pluriempleo: cuando se trabaja en diversas empresas, se tienen diferentes cenas... ¿Qué le vamos a hacer? Aprovechar la crisis y llenar el buche.

Me acuesto porque el cansancio me puede antes de irme a cenar. El sueño fue complicado. Mucho. Últimamente hay quien tiene sueños muy raros. El domingo Gloria me despertó para contarme el suyo... Me levanté, me duché, me vestí como los de El Internado y me fui a la cena...

Me reí de lo lindo con Juanma y Paco, con Reme, con Cristina, con Mer y Borja... En otra mesa Sonsoles, Vero, Joana, Isabel, Bausà, María Pó, Miriam,... En otra, Carol, María, Cristóbal, Kike,... ¡Todos! La cena fue un exitazo. El amigo invisible, muy divertido, con Juanma y Javi como maestros de ceremonia. Otro bombazo y luego... ¡Al Cyrano!



Cyrano se repletó de buen rollo... Ya lo estaba. Pero nos fuimos arrinconando por los huecos del pub. Estábamos menos tres socios. Y de risas. Creo que nunca nos habíamos reído los cuatro (nuestra primera dama se unió esa noche) juntos: con el Cyrano a tope, nos quedamos acurrucados en un rincón, en mitad de todos, echándonos mil risas que era lo que nos apetecía. Nos lo pasamos muy bien, dentro del almacén y fuera, hablando de mil y una cosas. Haciendo planes de futuro... ¡Qué nos saldrán bien!



La gente se recogía cerca de las cinco de la mañana y yo me fui para casa porque a las nueve me iba a una reunión de trabajo... ¡Dios! Casi que ni podía... La reunión se alargó hasta las dos de la tarde. Me fui a comer con Bausà a casa de Laura, para despedirnos de su reinado como Fallera Mayor. Nos hincamos un arroz del horno mientras no paramos de reírnos y al Iale. Fue la despedida de Laura y la exaltación de Carol, nos quedó apañado y celebramos por lo alto la felicidad de nuestras amigas...



Carol y Laura han sido dos personas importantísimas que han aparecido en mi vida. Con David y con Sergio. Este año nos han pasado muchas cosas y todas juntos. Y eso se agradece, porque nos vamos apoyando y creciendo juntos. Lo digo siempre y lo sabéis: mis amigos sois mi gran fortuna... Y a unas horas de que se reparta el Gordo, ya se sabe que a mí la lotería de la amistad me ha premiado con pedrea y todo. Así que, gracias.



Acabamos en el Cyrano. Una vez más. Y vino Lázaro y acabamos con una conversación pendiente que nunca habíamos tenido. Y fue un momento grande. Porque me vino genial para saber que el sorteo, una vez, me tocó en Asturias. Me fui a casa en taxi, con un frío gélido, con un invierno duro... Y dormí diez horas, porque andaba rebentado.



El domingo comimos en casa de José, que es además de buen cocinero el mejor de los amigos. Vi a Álvaro con su sonrisa vampírica irse a dormir. Nos reímos en la comida. Con Juanín, Hugo y Manolo. Nos vimos "Malditos Bastardos", que es total. Y en taxi me fui a ensayar la obra de teatro que va viento en popa... Luego, un japo. Me encontré a Pepito y a Ana entre los sushis. Me encantó verles y disfrutar de esa amistad tan traída que nos llevamos. El destino me puso a Lázaro en el local de al lado y volvimos a resumirnos lo que venimos siendo. Luego, David y Carol me trajeron a casa. Había cruzado la medianoche cuando me tumbé sobre la fría cama. Invierno absoluto, víspera de navidad... Y a seguir. Esta mañana al Ayuntamiento y luego de comida y compras con Hugo. Hablando y tirando de tarjeta... Tirita más que yo. Desde luego. La tarde final en casa y ahora, después del teléfono, de Gloria, Cristina y Mabel, me preparo para salir a cenar de nuevo, a golfear, a reírme... Cena con la gente de la concejalía de Juventud. Mañana el Gordo. Pero a mí, la vida, ya me regaló el sorteo hace años... Desde luego. Sobreviviré a la navidad. Lo prometo. ¡Ah! Felices Fiestas...

jueves, 17 de diciembre de 2009

LOS BOLOS



Anoche al final sí que fui a los bolos, entre el programa de la tele y el insomnio de las tres de la mañana... Y menos mal. Lo pasamos genial, todos, mano a mano, con los bolos y las bolas, haciendo de las nuestras, como siempre... La tarde antes pasó por preparar el programa y por el directo, que volvió a cumplir las espectativas. Al menos las mías... Me llegaron mensajes, muchos no los pudé devolver, por falta de tiempo. Me preparé el amigo invisible que aún no he decidido, como otras tantas cosas, que me quedan por decidir... ¡Qué camino, leches! Y los regalos, que aún no he comprado... (¡De mañana no pasa...! Creo...).

Esta mañana era pasto del sosiego y del desasosiego... Me reuní a primera hora y a segunda. Firmé. Escribí los christmas, preparé la tarde, cerré algún discurso, puse las canciones que escucho últimamente. El aire, detonante, por encima de todo y de todos nosotros... Volaban las cosas de un lado a otro. En Mislata, el árbol de navidad, metáfora de todo, se ha venido abajo. Metáfora absoluta... Hago planes para las próximas horas, porque la agenda asusta. Tengo que hacer un vídeo esta tarde para la Exaltación de Carol, comisiono en cultura y alguna reunión, cena con los compis de la radio y supongo que vuelta circense... Mañana el planning continúa. No lo cuento ya por no agobiaros. Que de todo se cansa uno, que decía mi tía Ofelia... ¡Y cuánta razón!

Escucho un baladón en esta oficina desoficinada desde la que el viento no se escucha... Preveo como reorganizarme las próximas horas y pienso en gente que no está, y en cosas que vendrán... No pienso en cosas que quiera hacer. Me organizo las que me llegan. Como puedo. Y salto alguna canción cuando suena demasiado animada... Escribo letras, confundido y sin pausa. Noto el peso de la sobrealimentación de las últimas horas, mientras me relajo con el azul del cielo. Pero desde este despacho, no se escucha... No se oye el viento, huracanado aire, que lo remolina todo.

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Lo de anoche fue una hazaña. Conquistar la pista de bolos, celebrar los plenos, los semiplenos, celebrar la alegría de vivir y el olvido de todo... Fue una buena idea, no me cabe la menor duda. Y tendré que pensar en repetirlo, si arreglo la agenda y sosiega el viento...

miércoles, 16 de diciembre de 2009

SILENCIOS Y PALABRAS



Un azucarillo en el despacho del Mercat me da la pista definitiva sobre mi presente. S. Freud: "Uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla.". Gran verdad. Me levanto acompañado por el frío y, como un gato, recorro los tejados de la ciudad. Almuerzo con amigos, paseo bajo el granizo, entro y salgo, paseo matutino en mitad del día, en los albores mismos... Y como. Después, la mirada puesta en el cielo a través de las ventanas de mi despacho. Olvidé poner la música. Seguramente, en cuanto termine estas líneas, me cobije bajo el cielo y pasee de nuevo. En cuatro horas tengo programas. En principio digo no a una partida de bolos que me han propuesto para esta noche. Y soy sueño. Esta mañana ha nevado, apenas dos minutos. Y he visto las fotos de Sarrión, cubierto de blanco. ¡Qué belleza! ¡Qué añoranza!

Como un gato me alquilo los tejados de la ciudad, los techos de mis días, y pata tras pata voy completando, sigilosamente, mi paseo vespertino. Me arreglo la agenda para los próximos días, que anda repleta. Me planteo apuntar en mi futuro las cosas qué quiero hacer. Oigo voces a lo lejos. Y el cuerpo me pide música.

Me siento dueño de mi silencio, aunque no de todo. El que me lapida, no. Me siento esclavo de lo que digo, y por eso, últimamente digo menos y lo que digo lo llevo al extremo de su cumplimiento absoluto. Siempre he dicho lo que hago y siempre he hecho lo que digo. Pero ahora, como me obligo a ser menos, en una lucha continua conmigo mismo, me quedo con mis pocas cosas y las hago a rajatabla para no deberme nada...

Echo en falta algunas cosas, otras las he hecho, pero el invierno tiene otras preciosas. Como la nieve inesperada, los silencios caprichosos, el cielo espumoso y pasear bajo el granizo en compañía de un buen amigo...

martes, 15 de diciembre de 2009

LOS CARTONES DEL ALBA



Me desperté antes de lo que pretendía, sin ni siquiera que hubieran sonado los teléfonos. El cielo, anoche, de madrugada, era un manto de nieve colgado del techo, una esponja absolutamente grande y acolchada que ocultaba las estrellas aunque sus lágrimas cayesen en forma de gotas de lluvia... Hacía un frío similar al de esta mañana, quizá un poco más por la oscuridad. Y al abrir los ojos, ante mí, con la persiana levantada que olvidé ayer a medio marco de la ventana, un cielo azul incansable cargado de pequeñas y frágiles nubes blancas como las de las películas... El cielo está azul, intensamente azul, bello, increíblemente bello, después de las tormentas, llegan las calmas...

Yo me hallo relativamente calmado. Por momentos me pierdo y me nublo como el tiempo, pero me paso la mayor parte de mis minutos en un estado relajado. Calmo. Busco entre la agenda momentos vacíos para seguir rellenándolos de nada. Calma absoluta. En estos momentos de mi vida es lo que más me apetece: nada. Y poco a poco, voy consiguiendo la nada absoluta, si bien es cierto que todo me parece calculado y entonces, estar en casa, tumbado, leyendo, escribiendo algo, estas notas, contando las cosas, pensando en otras, ... me parece aburrido y una labor más, cuando lo que busco es la tranquilidad absoluta del que no tiene nada...

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Antes de ayer pasé junto a la caja de nevera que cobija al pobre que vive entre las calles Cádiz y Gran Vía. Vive allí, siempre. Su domicilio es una esquina poco resguardada, en una de las zonas bien de la ciudad. A menudo, cuando paso por allí, y le veo, pienso en que gastará sus pensamientos y cómo administrará sus sentimientos. Yo, que no puedo quejarme de lo que tengo, los administro por rachas. Por eso, cuando paso por la calle, y le veo, siento un temor insensato pero justo que me ciega y me hace pensar qué bueno es todo lo que tengo, aunque tan a menudo no lo sepa disfrutar... Yo creo que nos pasa a todos. Que no sabemos echar de menos lo que ya tenemos porque creemos que perdurará siempre. Pero no. No es así. Por eso, nosotros que podemos administrar nuestros sentimientos con una comodidad extenuante deberíamos de ejercitarnos en gastar nuestros pensamientos de otra manera... Hoy me he acordado de él, de aquel vagabundo al que sólo reconozco sus piernas, cubierto por un cartón. Hoy he pensado en el frío de la mañana, en el rocío del invierno, y he sentido dolor por su frío y curiosidad por su alma. ¿Qué pensará aquel hombre que habita bajo los cartones del alba?

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Me gusta imaginarme con una sonrisa en la boca y sin rencores en el alma. Me gusta recordar los momentos bellos que fui viviendo y pensar en los que compartiré con muchos de vosotros en un futuro próximo, espero que no muy lejano. Me gusta imaginar que la belleza de nuestros pensamientos redunda en la fe de nuestros sentimientos, en la esperanza de nuestro mañana, como un ejercicio de caridad absoluta entre la gente que viaja conmigo y a mi alrededor. Me gusta pensar que la sonrisa que me queda la gastaré contigo. Me gusta creer que habrá silencios que inviten a hablar. Que habrá canciones que no terminen, músicas que nos inviten a bailar... Me gusta pensar que hoy, como ayer y mañana, los cartones no cubrirán más penas en la calle ni en mi casa. Y ser feliz. Feliz absoluto. Y ser feliz con vosotros... ¿Quién se apunta?

lunes, 14 de diciembre de 2009

AQUELLA LLUVIA MÁGICA



Me senté en el borde mismo de la ventana, apoyando el brazo en la puerta del coche y dejando mi frente apoyada sobre el frío cristal. Percibí la humedad con que se deshiela el cielo pegada a mi cabeza, y mis ojos, vacíos de todo, se quedaron plácidamente colgados sobre el horizonte de mi mirada. Sin pensar en nada. Las gotas fueron repicando en el cristal convirtiendo la pobre lluvia en una sinfonía silenciosa y pausada. Las ruedas siguieron su camino abriendo un riachuelo inexistente entre la realidad del suelo, mientras el cielo, de un sorprendente azul oscuro, anunciaba que todo iba a acabar... Fue mágico. Por un momento, las luces de la calle se filtraron como pequeñas lágrimas doradas dentro del coche e impactando contra mí. Luego, con la mirada cerrada en torno a mi brazo, comprobe que aquella metralla no eran sino las sombras de la lluvia, que caía fina y plomiza sobre la noche fría.

Fue silencio. De lejos, cuanto apenas, si intuía la emisora de radio, las palabras de aquellos que hablaron, que dijeron, que fueron,... Mi cabeza siguió dando vueltas, con sus cosas y en silencio. Los ojos siguieron buscando aquellas gotas de agua que, sin mucha puntería, se disparaban contra los cristales del coche. Fuera, las luces de la calle, de los semáforos, de la vida, se deshacían en estrellas singulares y perfectas, cercanas a nosotros... Y fui pasto de aquel espectáculo tan bello como salvaje...

Era como si el fuego se empeñase en rasgar el cristal para sacudirme. Sé, que si cualquiera de aquellas doradas gotas de agua hubieran roto la ventana, el impacto de su belleza contra mi cuerpo hubiera sido terriblemente agresivo, duro, mortal, quizá. Por eso, como un niño que espera entre el calor de las mantas a que su madre le cobije, me quedé sentado contemplando la caída de aquellas lágrimas de fuego. Las gotas, mojaron por completo el cristal, y fueron salpicándose las unas sobre las otras, para convertirlo todo en un manto de oro en mitad de la noche. Una lluvia mágica que me cubrió de suerte, una vez más...

domingo, 13 de diciembre de 2009

LA NAVIDAD QUE CAE

La lluvia pone broche a su fin de semana, al mío. Un fin de semana a tope, previo a una navidad que llega pero que no espero, que no percibo. La otra noche soñé que no me daba tiempo a comprar los regalos, pero es que tengo la sensación de que no hay nada por delante. Así que, me espero, y llegaré tarde, como en el sueño.

El fin de semana recuperé las fotos que me envió Toñi de su cumpleaños en Cyrano. Me las envío, sábado al mediodía, tras una mañana de mensajes y llamadas en la que nos reímos bastante. Al final vi las fotos por la noche. Antes de irme a cenar con Vicente, Gilberto, Juanjo y compañía.


El viernes cerré el trabajo y me fui a comer. De ahí al Cyrano, a comprar cosas para decorar el local (lo decoramos el sábado por la tarde) y luego, Luis, me llevó a casa. Acudí de nuevo a Cyrano y con Gueguel llegué a la entrega de los Premios Desgarrats 2009. Los presentaba con Angelita. Y fue una risa. Nos felicitó todo el mundo por la gala y nos fuimos contentos, y con un ron cola, a seguir la noche. Yo regresé a Cyrano, con Marta, Alba, Mireia, Ana y Bea. Con Mabel y Pons junto a Montesinos... Al rato Gueguel y Luis, Pilar y Ricardo,... A las cuatro de la mañana, con un taxi llegué al Wandu Palace y con Hugo y Uiso, a la Indiana. Me dieron las siete de la mañana...



El sábado me fui al centro a ultimar compras de decoración y me paso algo curioso. Al salir del metro, escuché un acordeón, en la calle Xátiva, en la propia entrada de la estación... Era un acordeón triste, sonaba melancólico y arrastrado. No me preguntéis por qué, pero me hizo sentir algo especial. Como una gota de pena, de conmiseración, de llanto, de tristeza,... ¡Cómo sonaba aquél acordeón en mitad de la tarde! Era como una banda sonora de mi realidad presente, tan especial...

Salí y le dejé un euro en el platillo. El hombre, con el rostro terriblemente ajado, con sus manos esqueléticas y sucias, con su ropa raída, me esgrimió una sonrisa desdentada de lado a lado y me dijo: "Gracias". Y tuve ganas de llorar. O de parar y de sentarme a su lado, cogerle de la mano y decirle: "Gracias a usted, que me ha hecho sentir...". Seguramente, si lo hubiera hecho, habría dejado de tocar para dejar su mano entre las mías... Por eso no lo hice. Por eso y porque dejé su música entre aquellas viejas manos que lo hacían todo más bello...



Estuve con Jorge decorando el pub durante la tarde, charlé con Mabel al teléfono, me tomé una trina y me fui a Na Jordana donde exponen el primer premio de Belenes. Me acerqué, disfruté, me sorprendí y aprecié el increíble trabajo que los de la falla hacen siempre... Espectacular.

Pero sobre todo, me acerqué a ver a los amigos que hace tiempo no veía, que son de la falla, de esta falla tan especial. Me pegaron mil broncas por haberles dejado en el olvido, y eso, en el fondo, quizá, es porque me echaron en falta. Con lo cual lo siento y gracias. Sentir el olvido, pero últimamente ando algo perdido, como cantaba Ismael Serrano, y gracias porque sentir que a uno le echan en falta, te ayuda a ser más feliz...



Sea como sea la navidad está que cae. Lo descubro en las luces de las calles, tras la cena en Las Brasas y antes de volar al Cyrano donde anoche celebrábamos la fiesta del Barceló. Pasaron por allí muchos amigos y muchas horas... Cerramos Hugo y Manolo, Ana, Majo, Mamen y Alfredo... ¡Cómo me alegró verles! Por la tarde hablé con Nuria por teléfono. También les echo en falta y tengo visita pendiente que caerá pronto...



Llegué a casa rendido de sueño, se me cerraban los ojos en el coche, viniendo a casa con Manolo... La noche se gira a frío, el invierno abre sus alas, la navidad se deja caer...

jueves, 10 de diciembre de 2009

RESACA DE GALA



He arrastrado hoy el cansancio de anoche. De la gala. Salió fantástica. Genial, cumpliendo con las ilusiones que había depositado un grupo de veinte personas que hacen posible cada día la locura de la tele. Ayer, mañana, comenzamos ensayando Vero y yo en el escenario. Borja, Álvaro y Cristóbal en las cámaras. Bausà con Joana en realización. Juanma en grafismo, retocando... Ayer fue un día dedicado a preparar el espectáculo de la noche y por la noche se levantó el telón tal y como estaba previsto... Salió bien. Salieron los nervios y el guión. Las palabras y los aplausos...

El público era excepcional. Quinientas personas de la política, la sociedad, el deporte, la economía... Vicente Rambla, Manuel Cervera, Ricardo Peralta, Carmen Alborch, una treintena de alcaldes, el presidente del Valencia, algunas falleras mayores (grandes amigas entre ellas como Gueguel, Marta y Vanessa), colaboradores, muchos amigos (Sofi y Toñi),... Y los directivos de la empresa para la que trabajo. Vamos, una platea como para ponerse nerviosos... Pero nos salió. Y sentimos la ilusión del aplauso final cuando se baja el telón...

Al acabar el picoteo nos fuimos en caravana al Cyrano: Leo (que siempre está afortunadamente) acudió con Enrique Ginés, yo en el coche con Gueguel y Luis, Marta, Virginia, Mireia, Consue, Alba, Pilar Calabuig, Borja y Quique, el gran Bausá,... Nos dieron las tres y media de la mañana, mojito en mano. Nos recogimos con la noche y a dormir. Y esta mañana, a trabajar. A presentar un material fantástico sobre inmigración y luego a comer con mis padres y mi hermana. Me llama Edurne por teléfono. Y Toñi. Y Cris. Y Laura. Y duermo catorce minutos y me despierto en mitad de una pesadilla. Me quedo en casa. Formateo el ordenador. Ceno lentejas y veo Gran Hermano. Bueno, lo tengo encendido, mientras escribo unas líneas, estas... Resaca de una noche de gala. Mañana es viernes. Una semana más... Y siguen cayendo las hojas perdidas de este otoño...

miércoles, 9 de diciembre de 2009

EL VENENO DEL TEATRO



Apuro las horas antes del estreno. A las 21 horas comienza la Gala por el primer aniversario de Levante TV. La presento acompañando a Vero March, compañera y amiga de este año y de la tele. Ahora queda casi nada... Llevamos todo el día pegados al escenario, ensayando, con pruebas de imagen, de luz, de sonido, intentando memorizar el guión... Y con el estómago repleto de pequeñas mariposas que no paran de moverse... Es algo excepcional. Difícil de explicar. Estoy más feliz que nervioso, más espectante que temeroso... Confío en que nos salga bien. Apuesto por ello.

Este tipo de proyectos son los que me dan balonazos de oxígeno. Cuando todo parece monotonía en esta vida mía que cada día es distinto al anterior y al siguiente, llevar adelante un proyecto como estos me hace crecer, me invita a superarme, me ayuda a respirar... Lo dijo Sirera: "Es el veneno del teatro". Vaya que sí... Ahora, cuando estamos a punto de levantar el telón, los nervios crecen poco a poco, con ganas de ver la platea, el público, en directo, que salga... Uf! Cada vez que pienso en estos momentos, llego a emocionarme... De verdad, que lo disfruto. Que estoy contento... En una hora y media habrá explotado el espectáculo y yo, seguramente, me olvidaré de mis cosas (espero que no del guión) y volveré a escena... Un cuento viejo que se repite de tanto en tanto pero que tiene final bonito siempre... El veneno del teatro... (Me voy para allá...).

martes, 8 de diciembre de 2009

PILAS PUESTAS

Yo la verdad que ya no sé si descanso en vacaciones o me canso más todavía, porque cogiéndome el puente como me lo había medio cogido para descansar algo, resulta que a estas vueltas que regreso a escribiros, me hallo bastante más cansado que el pasado viernes.

Después del super festival del cumpleaños de Toñi, cuatro horas después para ser más exactos, me fui con José y María a Sarrión. Venía el pequeño Álvaro que cada día está menos pequeño y más guapo. Llegamos al pueblo, donde fuimos llegando todos, y de donde surgió esta amistad que mantenemos por toda la vida. Comí con Juanin y Eva, con Hugo, con José y María, con Noe y Álvaro... Cansancio absoluto. Luego nos fuimos viendo todos y, aprovechando la feria de la trufa que se celebraba este fin de semana (exitazo absoluto) nos fuimos a los ribazos a ver cómo nos tira lo rural, que nos tira mucho...



Un jabalí buscatrufas nos sirvió de cachondeo para media tarde, lo que son las cosas. Espero que el amo del cerdo en cuestión no se enterara de nada, porque sólo hablaba en francés, según la Kone. Que tenía cara de París... ¡Ay!



Otro de los momentos rurales del fin de semana fue pasear a Arwen por la rambla y la Vía Verde. Estas escapadas, que últimamente las repito cada vez que voy al pueblo, porque nos hacemos mayores y nos gusta pasear, me sirvió para coger aire y limpiar el disco duro de mi memoria. Por aquello de ir ampliando espacio, de cargar pilas. Vi Sarrión desde fuera, y a Juanin y a Hugo, en su paseo. Es algo que me gusta hacer en silencio, muchas veces, quedarme fuera, como testigo mudo de las escenas, y ésta, la del paseo al anochecer, era realmente de película tierna.



Los peques han sido otros protagonistas. Álvaro, que empieza a ser todo un hombrecito me hizo sorprender mucho a lo largo del fin de semana. Es un tío de carácter, eso se agradece. Y cada vez sonríe más, dejando a la vista los colmillos de mi pequeño Lestat. Está obsesionado con las motos y los coches, lo tiene claro. Y nos regala a raudales mil momentos bonitos...

Tengo un recuerdo especial de la noche en que las chicas se fueron a tomar café. José se había ido a trabajar. Y el pequeño Álvaro, con su "pete" en la boca, se durmió plácidamente en mis brazos...



La pequeña Edurne crece a marchas forzadas. Ella vino a mi cama recién me desperté y comenzó a jugar con sus cosas y con sus pequeñas trolas que le hacen ser más divertida... Es una niña guapísima, por dentro y por fuera, y de vez en cuando, verla jugar o cantar tímidamente me hace ser más feliz... Lástima que no podamos compartir esos momentos más a menudo. Quizá, por todo eso, cuando la veo, la disfruto tantísimo.



Y hablando de disfrutar, uno de los momentos más divertidos de las vacaciones fue la partidita de Party con Manolo, Belén, Hugo, María y José. Nos echamos unas risas totales en la noche del domingo. Estuvimos jugando y riéndonos a tope. Lo dicho, unas vacaciones entre amigos, a tope. Eso sí, sin parar nada...



Regresé con Hugo a Valencia, después de un fin de semana pasado por trufa. Nos vinimos porque por la tarde yo tenía el primer ensayo de la gala de la tele. Levante TV ha cumplido un año. Mañana presento con Vero la gala de aniversario, un proyecto que me apetece muchísimo y más en esta tele que me ha dado tanto y tan buenos compañeros y compañeras. Estuvimos ensayando, con el cansancio a cuestas, nos echamos unas risas, nos pusimos manos a la obra y con el guión a tope. Para ir mejorando, vamos... Espero que nos salga bonita. La gente que trabaja en la casa se lo merece... Ya os cuento.



Y por la noche, fin de fiesta. Tato, el de las risas como le llama Toñi, vino sin saberlo a su fiesta de cumpleaños. La organizó Gema y salió bien, que es complicado. Me encantan las fiestas sorpresas sólo por ver la cara del homenajeado cuando se encuentra con el festival. Gema es una buena amiga mía de hace años y Tato, también. Por eso, ayer, anoche, pasarnos por el Condiment con ellos fue un regalazo para mí... Luego nos reímos a la sombra de la madera que tiene el Cyrano, que estuvo hasta la bandera y nocheando nos fuimos en taxi a Calcatta hasta que nos echaron... Vaya que si nos echaron. Se empezaba a hacer de día en el reloj, que no en el cielo. Cogimos un taxi y regresé a dormir a Mislata con Manolo y Belén. Me acosté con unas gominolas para endulzarme y con las pilas puestas... Seguimos. Sin parar. Me voy a ensayar a la falla y a seguir con la semana, que tiene visos de no parar. Menos mal que hemos recargado algo... ¿No?

sábado, 5 de diciembre de 2009

CUANDO SE CUMPLE



Anoche fue el cumpleaños de Toñi, edad que no descifro porque a partir de según que fechas, según ella, estas cosas no se cuentan... Fue la segunda fiesta que celebramos juntos y volvió a ser un triunfazo de noche, con ella y con los treinta y cinco amigos que se le subieron al hombro para caminar entre las estrellas con ella.

Celebramos la fiesta en el Cyrano. Picoteo y copeo, mucho copeo, hasta altas horas de la madrugada. Muy altas. Anoche el Cyrano, y Toñi me perdonará, patas arriba... Vinieron de la falla, Tatín y su pandilla, amigos que se despidieron desde la puerta hasta la próxima, y sobre todo amigos de Toñi que hicieron que la de ayer, también para mí, fuera una noche especial.

Llevo un tiempo largo andando junto a Toñi por la vida. Y es un paseo que me gusta, y mucho. Con nuestras cosas, Toñi me ha demostrado que no sólo cumple años, sino que cumple siempre conmigo y yo espero estar a la altura. Tenemos una amistad fraguada con intensidad, acompañados de nuestra Sofi que es un terremoto que sabe decirme que no se va de una fiesta para coger el bolso acto seguido y desaparecer... Lo nuestro son las risas y las confidencias, los desahogos y las penas, las sonrisas casi siempre y el pasar la vida caminando de la mano. Una amistad, bella, en toda regla, de la que le doy gracias por regalarme un pedacito cada día que estamos juntos...



Sería un poco imposible relatar la nómina de amigos, porque me olvidaría a alguien. Me gustó festejar la noche con Bausà, porque hacía días que no lo hacíamos. Ver a mi Sofi, que es un pedacito de verdad caído del cielo. A los Bravas y a Albita, que casi ni los vi. A Ángeles que desapareció en la noche... A Quique, que hacía tanto. A Nacho, a Manolo, a Palmira, a Loli,... Anoche fue fría en la calle y calor aplastante en el Cyrano. Una fiesta, ya os digo, en el más amplio de los sentidos, en la que sólo faltó un photocall y una portada del Hola... Bueno, una portada no.
Luego caímos por Le Club y su guerra de bolsas. Por el paseo bajo la mañana de frío. El primer bocadillo del día y la última confidencia. Entre el humo, el irse... Ahora preparo la maleta y a Sarrión. A reencontrarme, conmigo y con todos... Con mis rincones, sobre todo. Al frío absoluto del hoy... Anoche, por lo menos, en el Cyrano, hizo calor. El calor de la amistad en torno a Toñi y su cumpleaños... Cumpliendo vida, que es un placer, al fin y al cabo.
Enhorabuena satanita,... Ayer, fuiste la reina de la noche...

viernes, 4 de diciembre de 2009

EN LA ORILLA



Llevo dentro de mí mi propio caballo de Troya, mi corcel negro desatado, mi caballo que galopa sobre la arena donde se mueren las olas del mar... Llevo a cuestas mi camino de lágrimas y alegrías. Y voy, sentado y tranquilo, trotando con mi caballo...

La vida siempre es bella. Siempre. Con sus caminos curvos y todo. Siempre fui antes de una curva que de una línea recta. Siempre me gustó más el número dos que el uno. Siempre preferí el impar al par. Siempre, en la vida...

Y ahora, con mi edad, con mi vida, con mi pasado, con este presente, con el futuro que va creciendo y se acerca, voy a los lomos de mi alazán surcando las derrotas, que son pocas, pero duras, mis penas, estos silencios que me condenan, mis tristezas de los últimos tiempos, mis alegrías de cada momento... Despacito. Por la vida. Subido a los lomos de una caballería que regala por montura cada segundo de vida que me llega... Y soy yo. Y es mi caballo. Y cabalgamos los dos, el uno junto al otro, manteniendo vivo el trote de nuestro paso por la tierra, húmeda y marrón, de la arena en otoño cuando la riega el mar y se lleva, entre espumas blancas, mis mitos, mis utopías, mis sueños, mis fantasías, mis ilusiones,...

¡Soy un tipo afortunado! Lo soy. Porque a la espera de que regrese con mi caballito estáis una tropa de amigas y amigos. Y cuando vuelva, os contaré cómo suenan las trompetas graves que acompañan a los pianos que tintinean como una lluvia incesante y otoñal. Esa melodía que sólo rompen las voces flamencas. Cuando vuelva, en mis alforjas, os llevaré por regalo mis anhelos y esperanzas, mis deseos. Y os cantaré un tango arrastrado que es la mejor manera de respirar... Bajaré de los lomos blancos del corcel de mi futuro y os traeré alientos y cariños, os daré lo que siempre os dí y os doy, y con un abrazo de por medio, acercaré mi boca a vuestros oídos y os susurraré el gracias que os debía y os debo.

Mientras, hasta que llegue ese momento, sigo a los lomos de mi caballo, sobre el corcel blanco, paseando a la orilla de la playa... Y oteo el horizonte azul marino que casi oscurece el cielo y convierte a la noche en un tiempo inmenso... Y en la línea final de ese horizonte lejano y oscuro, en el borde mismo, apoyados están mis deseos y vosotros, que me esperáis, con los brazos abiertos, en la orilla... Descalzos.

jueves, 3 de diciembre de 2009

EL FRÍO CIELO DE MI INVIERNO



Echo en falta hoy un paseo de media tarde, solo o en compañía. Siento haberme perdido los pasos que habría desatado esta tarde bajo un cielo azul invierno... El azul de Levante es precioso. En verano apacigua el alma y enamora a los corazones. En primavera, regala amor. Ahora en otoño, nos invita a llorar sobre un manto de hojas doradas... En invierno, mi cielo se cubre de un azul oscuro maravilloso, que irradia frío, sí, pero que te hace darle las gracias a la divina procedencia por ser tan majestuoso, por tener la fortuna caprichosa de poder paladear la delicia visual más bella del mundo...

Esta mañana cuando salí de casa vi el cielo petróleo que lo impregna de todo, como de invierno, cubriendo una ciudad sin nieves en su primera hora. Me invitaba a pasear, un día como hoy, entregado al paño de mi abrigo y con las preocupaciones de ayer, de hoy y las que me quedan. Un paseo. Sosegado. De esos que hacen el camino tranquilo, alargado, con pausas. Que invitan a tomarse un café, largo. Hoy, de repente, enfundado en mi abrigo me apetecía un capuccino en la galería de Covent Garden. E imaginaba las palomas que siempre sobrevuelan el mercado. Imagino a los artistas que actúan por cuatro monedas y consiguen la sonrisa del público. Y luego, con mi abrigo, y una revista bajo el brazo me imaginé subiendo a la estación para bajar al metro por la calle donde venden las entradas de los musicales... Y vuelta a la realidad. Al frío cielo de mi invierno, que es tan bello, tan bonito,...
Anoche llovió por sorpresa, cuando nadie lo esperaba. Ayer, la lluvia, predijo que hoy el cielo sería apocalíptico... Como mi invierno, y los paseos que no doy en tardes como ésta. Ha sido un día bello. Y aún queda la noche, oscura noche...

miércoles, 2 de diciembre de 2009

PREFIERO (DECLARACIÓN DE INTENCIONES)



Prefiero el aroma de un sueño, que el olor de una pena.
Prefiero una lágrima al borde del mar, que una gota en la hoja verde;
siempre que sea azul intenso, azul mar. Que sea.

Prefiero una palabra dicha, que un pensamiento que muere.
Prefiero un te echo de menos, a un simple te quiero.
Prefiero una canción a un silencio,
y un silencio a dos mentiras.
Y una mentira a un duelo...

Prefiero estar solo que estar sólo conmigo.
Prefiero que estéis vosotros...
Prefiero un lugar lejano a un espacio cerrado.
Prefiero un cielo abierto que una nube en la noche.
Prefiero una luna llena a un sol que no se ve.
Prefiero una estrella de cerca que mil de lejos.
Prefiero estar a vuestro lado cuando me dáis la mano...

Prefiero vuestra voz a mis silencios.
Prefiero vuestra alegría a mis días...
Prefiero una lágrima al borde del mar, que una gota en la hoja verde;
siempre que sea azul intenso, azul mar. Que sea.

Prefiero un sueño de mañana a un recuerdo del ayer,
aunque me gusta tanto encontraros en mi baúl...
Prefiero una memoria selectiva a un rencor de por vida.
Prefiero la vida.

Prefiero la voz rasgada a la palabra que no dijimos.
Prefiero el poema que me leíste, al que me dejé por escribir.
Prefiero los nervios de siempre a la experiencia de nunca.
Prefiero cuando casi me eché a llorar que aquella vez que me quedé sin hacerlo...

Prefiero una mano amiga que un corazón solitario.
Prefiero seguir soñando en mi camino,
que no andar porque estoy demasiado despierto.
Prefiero una lágrima al borde del mar, que una gota en la hoja verde;
siempre que sea azul intenso, azul mar. Que sea.

Prefiero lo que te queda por contarme a lo que te dije.
Prefiero saber que estaréis porque zozobra mi yo si no venís...
Prefiero contar con vosotros a que no contéis conmigo.
Prefiero seguir el paseo que dejar de andar.

Prefiero una lágrima al borde del mar,
que una gota en la hoja verde;
siempre que sea azul intenso, azul mar.
Que sea.

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14.

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14. "Bendita locura" En la limpieza de fotos, anoche, volvió a aparecer el bueno de Paulin...