El primer detallazo, sin dudarlo, y como puede comprobarse en la alfombra del Alameda Palace, fue que los novios pusieran mis iniciales en todos los sitios... Puertas de acceso, alfombras, cubiertos, platos,... ¡Un detallazo sí señor! Con este tipo de recibimientos quién no se vuelca en una boda...
Lo de que Dios los cría y nosotros nos juntamos es cierto. En la foto hay una selección de gente con la que hace un año no tendría relación y que hoy por hoy se han convertido en los mejores compañeros de fiesta... Bueno, a Lucía la conozco más años, como a Manolito (a quien agradezco que me deje usurparle el album fotográfico). Pero Virginia y Alberto son dos descubrimientos. La Guti, aunque vaya de bulto, un encanto. Y Nacho, la revelación de la boda... Ya lo dije que Dios nos cría y nosotros nos juntamos (cerca siempre de la barra, claro está).
Otra de las alegrías de la noche: la llegada estelar de Pepito Asusta y señora. José Manuel Acosta, diremos, que si no luego me abronca... Es de las personas más geniales que he conocido en los últimos años y tiene una sonrisa que se me contagia enseguida porque sonríe con la mirada. Y ya sabéis lo importante que para mí es sonreír... El tío es un señor y yo estoy encantado de que sea mi amigo (y de que tenga mi altura, para mirarnos a la cara...).
Y si de descubrimientos de la noche hablamos, este trío tiene un papelón en las últimas noches de mi vida... No sé si compararnos con las trillizas de Julio Iglesias, los Reyes Magos cromados todos en blanco marfil o los tres tenores... Mis chicos de la perilla estuvieron a la altura de las circunstancias. Aquí, como tres monjas de Fornés, sorprendidos de tanto vicio como se nos acumulaba alrededor... Qué noche! Y qué mano Miguelón para la cocina... En la boda de Prim, en la boda de Prim, todo el mundo cantaba,...
Lo dicho! Que una boda fantástica, emotiva, espectacular, festera,... Y lo mejor, con una gente, comenzando por los novios, que se han convertido en mis referentes de vida para muchas cuestiones... Muchos son mis amigos recientes, otros, como en la foto, amigos de siempre y para siempre... Una boda tan especial como esperada. ¡Y celebrada! Qué viva los novios... ¡¡¡Viva!!!
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