lunes, 6 de mayo de 2013

ELLAS

El fin de semana, cual Rigalt en la columna de El Mundo, explicada bajo el prisma de la prensa de sociedad, que diría Susana Golf, ha sido un fin de semana de ellas. Si nos ponemos machitos bricomanía, os cuento que en las veinticuatro últimas horas en mi casa se ha fastidiado la instalación de la luz del baño, mientras me cortaba el pelo el sábado antes de la boda de Boro y Elena; y hoy me he quedado sin cisterna, por obra y gracia del padre. El espíritu santo estaba ausente y el hijo se iba a la sede a otra tarde de mucha faena.

Lo dicho, que nos ponemos colorines y les dejamos a ellas el protagonismo absoluto del fin de semana, empezando por la novia, Elena, que no se podía estar ni más guapa, ni más ella, ni más auténtica, ni más natural. Me dijo que me quiere mucho hoy en un whatsapp y me dí cuenta que empecé yendo de bulto en su vida, pero al final me tocó quererla como se merece. Me alegré mucho de su boda, me reí en la cena, me divertí en el baile, no me callé en toda la noche y me sorprendí, entre los novios, volviendo a casa en un improvisado coche nupcial. De madrugada, casi afónico. Con la sensación de haber bailado mucho, que es lo que pidió Elena. Y así cumplimos.


En la boda me hice una foto histórica, porque me dí cuenta de la amistad que entre Falleras Mayores he encontrado por la vida. Lo de Laura, Marta, Gueguel, Lucía y Sandra con las casi pequeñas Ariadna, Cris y Nuria, se hicieron una foto resumen en las que faltaban algunas, claro está, pero que sumaron muchos años pegado al micro y a los corazones de algunas de ellas y de sus familias. Fue una foto bonita, desde luego y que me trajo grandes recuerdos de muchos grandes momentos...


El domingo fue de ella y de la falla. Teníamos la apuntà de Noscarmientas en el día de la madre y a mi Carmela, le publiqué una foto en el facebook, que me recuerda mucho a mí, serena, con sus gafitas, pegada a ese periódico que, como su padre, venimos leyendo de atrás hacia delante. Marca de la casa.


Le besé y felicité en la falla. Aunque llegué después de la boda cuando el jamón ya se cortaba y mientras al fuego se hacían las paellas. Comimos bajo el sol, en una fiesta de primavera, y anunciamos a bombo y platillo las Falleras Mayores de 2014. Claudio nos prestó a hurtadillas a Clara, mientras que Jorge vino corriendo a la presidencia, sabiendo que será un gran presidente. Laura esperó que fuera para ella la llamada que le llegó a Amparo, que hizo de gancho para acabar de nuevo sorprendiendo a nuestra pediatra preferida. Y todo fue felicidad. La verdad es que miro esta foto de familia e intuyo un año fantástico, como el que dejaremos atrás con Yajaira y Nerea, más familias. Espectacular. Ojalá sea igual, por lo menos. Como decía Amparo.


Y hubo una protagonista femenina más, que se quedó conmigo toda la tarde mientras echaban un Continental en la puerta de la falla. Edurne vino a pedirme que hablara con su madre para apuntarse a la falla y le dije que hablaría con sus padres si es capaz de mejorar las notas del cole. Ella. Es ella con mayúsculas. Y espero que, de aquí a nada, además, fallera...


El lunes me desperté con el sueño arrastrado. Me fui a la radio, a por nuestro programa número quince. Me acosté antes de las doce, que es mi intención de hoy. Mamá preparó potaje mientras papá y Chus iban a la suya. Me hice una siesta partida y me fui al partido. Eché la tarde en el despacho, con una reunión y una comisión de Interior. Cuando regresé a casa, las nueve y diez de la noche, era de día. Rematé con dos llamadas telefónicas y cené, patatas fritas y huevo. Con la luz del baño estropeada y sin cisterna en el baño... Habrá que ponerse bricomaniático, no vamos a estar siempre de sarao o trabajando. Tengo ganas de meterle mano a la casa, pero la agenda, se pone tiesa... ¡Y eso que sólo es lunes!

Pd: 100 personas pasaron hoy por las hojas perdidas... ¡A este paso las vamos a encontrar pronto!

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