miércoles, 22 de mayo de 2013

COMPROMISO



Aquí estamos de nuevo, mi voz y yo. Mi intención y yo. Mis ganas y yo. Mis recuerdos del ayer y mis esperanzas de mañana, batallando con intención para seguir mejorando día a día el camino... no es cosa fácil, lo digo a menudo, pero me consuelo con saber que mis sueños no son imposibles, que mis alegrías pueden ser verdaderas, que mi ilusión por compartir es contagiosa... Y así ando día a día, con estas líneas que ni son versos aunque a muchos les suene a poesía. No lo es. Es simplemente el escrito de una persona, que en los momentos más complicados, sigue luchando por dejar algo de optimismo pasear por la calle, con la seguridad de que en el empuje de cada paso, se anda un camino más firme, más esperanzado, más completo... Y sobre todo, más compartido. Siempre he creído que en el optimismo está la bondad de nuestras futuras rutas. Es complicado, lo sé. Y cuando el cielo que nos hace ondear se muestra fiero y oscuro, más aún, lo entiendo. Pero ante los embates de la vida, ante los embistes de la tristeza, la pena, la desilusión, nuestros brazos remeros pueden bregar contra la tormenta haciendo que el remo, firme y consistente, se enfrente a cada ola de malas vibraciones...

Lo sé, no deja de ser una esperanza lo que aquí escribo. Un deseo, si acaso un anhelo lo que os cuento. Pero con tu ayuda, si tu voluntad sopla con la misma fiereza que nos combate la dejadez, podemos ser capaces de alcanzar cimas altas, podemos enfrentarnos de cara a cara a aquellos demonios que a veces nos aterran y a otras nos delatan, y podemos ser felices. Una felicidad básica, lo digo siempre, pero felices al fin y al cabo.

En la batalla del día a día sólo podemos luchar nosotros. Y hemos de hacerlo luchando también por el de al lado cuyas fuerzas, probablemente, flaqueen más que nunca. Es un compromiso, más allá de la solidaridad, es una manera de vivir. Batallar por cada día y hacerlo con una sonrisa, mirando de frente a la tormenta y, sin miedo ninguno, sin rubor siquiera, plantarle cara al viento para que no pueda hacer nada más que despeinarnos.

Estoy convencido de que podemos. Será optimista, pero será.

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