lunes, 13 de junio de 2011

UNA PALABRA



Sólo la voz, de repente, entre la nada, cuando creemos que ya todo será del silencio para siempre, puede quebrar el corazón. El recuerdo de la palabra, la que no esperamos, la que aparece de repente entre la nada absoluta, nos revive y nos aumenta. Mi aliento y mi agonía, de noche y de día, canta Luz... Mi norte y mi guía, mi perdición, mi acierto, mi suerte, mi equivocación... Qué canción tan bella, confundida ahora por una palabra, sólo una, que apareció cuando no la esperaba y que me devuelve aire en esta tarde tan calurosa... Llego ahora a los 33.1 grados, cuando ya hemos pasado las siete de la tarde... Lo eres todo, de Luz Casal, lo invierte y dispara, haciendo que la tarde me lleve a plantearme una cosa: tanto como deseé que llegará aquella voz, si ocurre hoy, en mitad del desaguisado que ha sido mi vida, que se lleva rencores y cariños en desigual medida, pero en los que he hablado también de algún odio, algo bueno habré hecho para que el destino sea generoso y me regale una ilusión. Sólo eso: una ilusión.

El día de hoy ha sido de limpieza. Mabel, que es una filósofa de barrio, pero de barrio bien, me dice que eso es buenísimo: que regenera. Y aquí estoy yo, regenerando mi vida a base de llenar cajas de basura y tirando cosas que todavía no acierto a saber por qué venía almacenando. Mañana es el cumpleaños de mamá. Voy haciendo mis planes, sin concretar nada. Y paso de vacaciones este lunes, entre la tele marujil y la escoba, a falta de mocho. La verdad es que hay pocas cosas tan reconfortantes en la vida de uno como ver una habitación limpia, y más si es la de "los trastos". Dicen que el cariño de un hijo es lo más reconfortante, pero como no tengo hijos, pues me quedo con la limpieza del hogar...

Pueda que ser que la vida me guíe hasta el sol,... Sigue la música. Y yo, cantando entre sudores y ducha para salir a la próxima reunión. Esta noche seguramente ceno con Luis en Valencia, aún está por concretar. Calor, absoluto, que demuestro con gotas de sudor cayendo de mi pecho: el "Jueves", de la Oreja de Van Gogh, intenta hacerse hueco en el reproductor de sonido... Esta canción me parece preciosa y me hace llorar. Ahora no, pero he llegado a llorar con ella. Vamos.

Si fuera más guapa y un poco más lista, si fuera especial, si fuera de revista, tendría el valor... Me gusta esta canción, sí.

Voy a seguir con la limpieza, si me da tiempo, estaría bien dejar la cama en condiciones para esta noche. Suspiro. Cierro los ojos y escucha la canción. Sólo escucho la canción... Me gustó la sorpresa de una palabra. Solo eso, romper el silencio y pensar que mañana será el segundo día de una vida distinta... Suspiro. Cierro los ojos... Escribo de manera mecánica y os dejo.... Hasta luego.

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