martes, 21 de junio de 2011

ENTRE JAZMINES


Calor de verano y sueños de siesta. Por segundo día consecutivo se me va la mano: hoy no pinta mejor. La una y cuarto de la madrugada viendo a Mercedes Milá en Cuatro y con el sueño a cuestas. Mi siesta de hoy fueron dos horas y alguna reunión te trabajo. ¿Y si la vida cambiara a partir de hoy? Me noto entrenando cierta monotonía que empieza a agobiar por la sensación de continuidad y porque los días se caen del calendario como hojas muertas de un árbol caduco...
Echo de menos a algunas personas. Lo siento, incluso llego a plantearlo en voz alta. Sin embargo, busco algo de tranquilidad, de paz, de quietud. De sincera quietud. De dejar pasar el tiempo a la espera de ver tan sólo cómo se cae el sol cada tarde sobre una lona de olas blancas. Ahora me apetece Ibiza, como siempre. Y un algo fresco, y un calor menos... La buhardilla arde en la quietud de la noche.

Al llegar a casa recordé que tengo las plantas por regar. Que su calor debe de ser asfixia y que les debía unos tragos de agua. Al levantar la persiana, abierta la cortina, me sorprende una flor de jazmín en mitad de la noche. Hacía casi dos años que el jazmín no florecía. Y allí está, aquella flor, blanca, olorosa, gigante, diciendo con gallardía que las cosas cambian. Que deben de cambiar...

El olor a jazmín me recuerda a mi niñez. La flor del jazmín al adiós de antes de ayer... Y hoy, como símbolo absoluto de todo lo que queda por llegar, me sorprende la flor: la flor del jazmín, que viene, valiente y orgullosa, a tocarme los sentidos y decirme "Jaime, cómo Lázaro, levántate y anda...",...

No hay comentarios:

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14.

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14. "Bendita locura" En la limpieza de fotos, anoche, volvió a aparecer el bueno de Paulin...