miércoles, 29 de octubre de 2014
EL LOBO
En el cine, en la tele, en los guiones en general lo llaman "tensión sexual no resuelta". Lo que a mí aquí hoy, ahora, me compete no tiene nada sexual. Lo llamaremos pues: tensión no resuelta. Y añadiría yo, de difícil resolución. Cuando me he empeñado en escribir, cuando me he decidido a contar aquí que hay sitios o personas que da la sensación de que a uno no lo quieren y que haga lo que haga nunca tendrá solución, he pensado que lo mejor era ilustrar la hoja perdida con la fotografía de un lobo. No sé si por aquello del animal herido, porque me parecen tan bellos como feroces, porque lo imagino igual en manada que solitario, porque tienen una vida distinta, o porque su agilidad y ferocidad les mueve a un ritmo distinto. O a lo mejor, y más trivial, porque anoche vi "Drácula" celebrando el día del cine con Kike y Edu y como un murciélago no me representaría a los niveles de glam que uno requiere, pues he caído en este animal al que nunca le presté atención.
Yo siempre he sido de leones, caballos y toros. Ni perros, ni gatos, ni periquitos, ni morsas... Si acaso un tigre. De Bengala. Bengalí. Pero lo del lobo tiene más pinta de solucionarlo Freud que de explicarlo yo. Demonio o guerrero, qué más da. Como me gusta a mí resumirlo: tengo el cuerpo jotero. Las cosas como son, porque a base de tontos que dejaron sueltos por el mundo, mi camino serpea más que el de Machado al caer la tarde...
Hoy es 29 de octubre. Solo por la fecha no tendría que llevar ningún tonto a las espaldas, pero me cuelgan. Eso es así, querida amiga. Algunos dicen que dije. Mienten. Otros marcan sus distancias con bromas que ni ellos entienden porque las mascullan rápido ya que nada les importa el que tienen enfrente, ni que las entienda ni que no... Y yo, que ultimo ya el programa de hoy en la tele, inaugurando sección de toros, me preparo para dar una nueva vuelta al ruedo.
Me acosté y me desperté riéndome con Aurora a vueltas del grupo de whatsapp de nuestros quintos. Me tomé un café con leche y con Paco y Mariana en la plaza. Acudí a la rueda de prensa de una señora que con sus 82 años miraba al deshaucio a la cara. Y subí al despacho. Bajé a los infiernos. Y me fui a comer a casa, con mis padres. Intenté hacer una siesta que pasé en duermevela como quien camina sobre el filo de un cuchillo y escuché algo de música, ducha y ropa. Taxi y a la tele... Y ahora, que tengo que rematar todo, solo pienso en por qué elegí el lobo... ¿Demonio o guerrero? Me encantaría un poco de todo... pero soy más sencillo. ¡Hasta más sencillo de lo que parezco!
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