domingo, 5 de agosto de 2012
BITÁCORA IBICENCA: VÍSPERA NOCTURNA DE ISLA CABRERA
Se avalanzó la noche de un golpe, de repente y dejó su gasa de estrellas volando sobre nuestras aventuras de corazones rejuvenecidos por el hielo. Saltábamos desde lo más alto del Nolan cayendo sobre el mediterráneo negro absoluto Luis, Pablo y yo mientras las chicas se cambiaban, Leo preparaba algo de pollo y Alicia unas patatas mientras seguíamos rebotando contra las olas, subiendo y volviendo a bajar... Cenamos y cogimos la zodiac por última vez para llegar a la costa. [Las buenas historias no deben nunca de adelantarse: quien esté leyendo entenderá enseguida porque aquí se adelantó parte de la aventura]. Taxi y a Ibiza: me emociona la escapada porque me lleva al primer Keepers de mi memoria, cuando la isla me cautivó para toda la vida. Llegamos y está medio vacío, lo que nos da igual. Cuando nos vamos está lleno,... Totalmente lleno. A mí el sueño me empuja hasta el taxi y regresamos a la cala...
Cuando llegamos, la zodiac no está. Desaparecida. Robada... Mala leche y hacerse a la idea de cómo llegar hasta el Nolan. Cuando Luis se ha quitado los pantalones para comenzar la travesía, aparecen unos pescadores que salen a la mar y que nos acercarán al barco. Aquí Leo, Raúl, Raquel y Pablo ya han llegado. Me tumbo en la cama cuando empieza a clarear sobre Sant Miquel, fuera en la bañera echan las últimas horas unos pitillos y el viento de la madrugada.
Me despierto y salgo afuera: Pablo se acerca a la orilla con una colchoneta a ver si Nolanita aparece. Nada: llega la hora de hacerse a la idea de que no volveremos a verla. Alicia baja de su iglú y Leo apoya los pies sobre el agua. Me tiro, mi cabeza rebota contra la resaca del mar y se descuelga parte de mi agotamiento. Unas tostadas con aceite y un twitter. Salimos de Sant Miquel, bordeamos el peñasco de Benirràs y nos hacemos a la mar camino de Isla Cabrera. En el camino, tomamos el sol y leo algo. Empieza a engancharme "El sueño de Alejandría", libro que he cogido para subrayarme que estoy de vacaciones.Nos acompañan en la travesía una panda de delfines grandes que surcan junto a la quilla de proa que rompe el Mediterráneo en dos con un tajo de espumas blancas... llegamos a la isla. Baños y mangueras, papas, coca cola, internet, sol, Raúl y Pablo intentan pescar lo que consiguen los vecinos. Ensalada de pasta para comer ahora luego, de momento sólo son 15:45, demasiado pronto para comer en el barco... Lo de delante tiene pinta de tarde de domingo. Lo que veo: Ibiza desdibujada en una nieblina que apura contra el sol. Una sola nube blanca por montera. Y nada más: el faro de Isla Cabrera al frente y algunos veleron tintineando sobre la mar...
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