viernes, 3 de agosto de 2012

NUNCA ME HA GUSTADO DECIR ADIÓS

Nunca me ha gustado decir adiós, más que aquellas veces que he querido que alguien se fuera de mi vera, que han sido muy excasas... Por obligación me tocó despedirme alguna vez en la vida de aquellas personas a las que tanto quise y que me dejaron un capazo de recuerdos en la memoria, que volaron lejos, como esas estrellas de las que tanto hablo y que una noche, sobre las montañas del Himalaya sentí tocar con las manos, acariciar con mi piel... Vivir no es fácil, no lo ha sido nunca, y sin embargo es una experiencia única, magnífica, bella... Vivir es la mejor de las bondades que le queda a este ser humano plagado de problemas y conflictos. Y vivir con una sonrisa, con la alegría por bandera, con el optimismo cogido a la garganta una obligación que me puse hace un tiempo y que intento contagiar a quienes deciden pasear conmigo por el camino de la vida...


Nunca me ha gustado decir adiós porque implica un por siempre y un hasta nunca, y este ser humano, tan lleno de contradicciones como de oxígeno y sangre, nunca sabe en que parte del camino podrá arrepentirse de una adiós formal... Prefiero un hasta luego, un nos veremos, un te espero mañana... El mañana, ay el mañana... Ese futuro que nos pintaron negro al nacer y que yo lo veo de colores... ¿Hay algo más hermoso que pensar en que nos vendrá ese mañana cargado de la alegría que hoy no sentimos, que nos visitará el futuro para hacernos testigos de esas brisas que se fueron a buscar otros rostros?

Tenemos que batallar por el mañana, tenemos que luchar con el alma y el corazón para hacer de cada momento de nuestras vidas el más intenso o el más especial... Desde el silencio al grito, desde el saludo a la despedida, desde que llegamos hasta que nos dijimos hasta luego...

Nunca me ha gustado decir adiós. A veces sueño con momentos de la vida que me tocará decirlo y encuentro el sabor amargo siempre de la despedida y el regusto dramático que me empuja hacia atrás. No me gusta decir adiós, si acaso decirte hasta luego...

Como un poeta viejo y herido, despoblado de pelo y con sus manos temblorosas, quiero que mi mañana sea un manto de hojas secas, de aquellas hojas que se nos hayan ido perdiendo... Quiero vivir de los amores pasados vividos en secreto y del volar de un pájaro en libertad surcando los cielos de mi alma...

Nunca me ha gustado decirte adiós, por eso no lo hago. Por eso te prendo como un recuerdo de por vida y te cojo de la mano, por eso te contagio mi felicidad y espero que mi esperanza te llene, por eso te invito a que sigas la vida conmigo... por eso y por tantas cosas que aún nos merecen la pena...

Nunca me ha gustado decirte adiós. Volveremos a vernos, espero, a la vuelta de la vida, cuando tus sueños se hayan cumplido y puedas contármelos tranquilamente susurrando en mi oído.

Nunca me ha gustado decir adiós... por eso, hoy, en la despedida, te digo hasta siempre...

No hay comentarios:

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14.

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14. "Bendita locura" En la limpieza de fotos, anoche, volvió a aparecer el bueno de Paulin...