domingo, 2 de octubre de 2011
VOLVER A UN LUNES
Ayer, más que nunca, haciendo mía la frase de mi sempiterno amigo Leo, demostramos que podemos ser de traca. Los cincuenta años de Discomoder nos los merendamos en cinco horas de gala, en el Palau. Desde el backstage espiaba a los papás disfrutando de un espectáculo por el que pasaron grandes nombres de ayer y, sobre todo, de hoy. Raúl Tamarit Arce, me toca distinguirlo para que la memoria, de aquí a unos años no nos juegue malas pasadas, y servidor nos colocamos nuestro cartelito y nos paseamos arriba y abajo, del backstage a los camerinos, cámara en fotos y con muchas ganas de jarana.
Leo aparecía y desaparecía organizando el sarao, que se le da de maravilla. Raúl y yo, a lo nuestro. Hubo momentos muy divertidos, entre la confusión y la algarabía, mientras el concierto iba avanzando. Estuvimos con Chenoa y Bustamante, Rosa, Karina y el Dúo Dinámico, Sergio Dalma y Dyango (qué voz), Merche y Diana Navarro (qué artista), David de María, Tamara,... Nos hicimos escaleras arriba y abajo, entre representantes y organizadores que no pararon de moverse bajo una marea asfixiante de calor extremo...
Llegó Pablo Alborán. Le hago capítulo aparte porque me trasmitió mucho más que un nombre y un apellido, que una sonrisa dulce de joven que triunfa... Me trasmitió con un solo primer gesto lo que es ser humilde y quizá porque un backstage rezuma - estoy utilizando mucho últimamente ese verbo - demasiado famoseo, mucha vanidad y falta alguien que con un gesto, te atraiga a su vera para hacerse la foto y te dé las gracias. Cantó su "Solamente tú" y se calló el Palau (y casi se cayó). Nunca me he sentido fan, creo que no lo he sido nunca, sin embargo con Alborán me dieron ganas de comprarle el disco sólo para que siga cambiando, con una apuesta personal de que el chico no cambie.
Acabamos el macroconcierto, despedí a los papás y nos fuimos el trío resplandor al Umbracle. Nos agenciamos una zona vip con David de María y Pastora Soler. Nos dieron las cuatro de la mañana cuando yo pensé que ya era suficiente y me hice el camino hacia el taxi, hasta que ya en la puerta me encontré con Luis y Pablo. Detrás Beíta, Raquelilla y Gueguel. Nos dieron las seis pasadas, de nuevo en la vip. Y nos fuimos Bea y yo hacia casa en su coche, con un diálogo de madrugada que nos acompañó hasta la avenida del Cid. Me acosté sin intención de madrugar y fueron las doce de la mañana. Intento ensayar algo en casa, como y sigo por la tarde con las fotos... Me gusta especialmente una que le hice a David Civera cantándome en su camerino, tocando el piano. O la de Alborán al borde del escenario afinando la guitarra,... Mirando las fotos recordé el día de brillos de ayer... Y me planteó volver a un lunes. Que ya es mañana...
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1 comentario:
Le comentaste a Civera, lo bien que te lo pases con él en el Trinquete...R.
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