miércoles, 19 de octubre de 2011
SOÑAR CON RECUERDOS
Mi vecina sigue destrozando hoy una selección musical a golpe de volumen. Papá en la silla está viendo Bandolera. Hoy aún escribo con el regusto en la boca de café Volluto y chocolate del 70% de cacao, me lo regalaron Jose y Ana cuando fui a conocer a la pequeña Anita. Me duele a ratos el pie después del casi esguince en el izquierdo anoche bajando las escaleras del hemiciclo del Ayuntamiento de Valencia. Acabé en la falla el día, lijando ninots y con Aguaplast retocando los "cantos" de la falla infantil... Me acosté con ganas de dormir mucho, porque habían pasado las dos de la madrugada. Estuve con Ricardo (Troy) hablando sobre su escapada a Londres: me voy a vivir mi Españoles por el mundo, me dijo. Y la envidia, que no sé si alguna vez consigue ser sana, me removió el cuerpo. Envidia, entendámoslo en el mejor de los sentidos, el de volver a la capital de Europa, de recorrer Covent bajo el gris perpetuo, regresar a los metros infinitos,... Volar, salir, respirar, coger fuerzas y ser tan valiente como él, que se lanza a su aventura personal. Y será para mejor...
Esta mañana me llamó Gloria con hora de salir a correr. Me quedé en casa arreglando algo la habitación y el comedor. Bajé a comprar a Consum porque venían Rosa y los papás a comer: calamares rellenos y hojaldres de gamba y ajos tiernos... Me estoy especializando en alta cocina, sin duda alguna.
Hoy he recordado algunas cosas. Londres, empujado por Troy desde luego. Esta mañana, que me hice unas tostadas, con la jarrita de Inglaterra... Londres vuelve a aparecer entre las nieblas, lo cual como sospechamos muchos será que está cada vez más cerca... Ahora me voy para la tele, tengo programa esta noche. Y ahora cierto sopor que me cae, como la tarde que se viene abajo.
Mi primer recuerdo, no sé si alguna vez lo he contado son unos monitores de un hospital y un batido de fresa. Nunca he sabido si aquél recuerdo es real o producto de mi imaginación. Pero lo recuerdo como una infancia absoluta, como mi primera imagen. A veces, cuando decido recordar cosas, me empeño en dirigir la memoria hacia algún sitio. Soy un desastre con las fechas, pero no con las personas ni con los momentos especiales. De vez en cuando alguien me recuerda alguno compartido y me sorprendo sin saber de qué me habla... Los recuerdos, siempre se mueven en mil direcciones distintas, forman parte de uno y, algunos, acaban borrándose inexplicablemente... Esta noche, cuando duerma, quiero recordar, pero cosas bonitas que pueda contaros mañana... Sueño cada noche. Hoy quiero soñar con cosas que me hayan hecho feliz. Y con otras que me harán...
Londres, cada vez más cerca.
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