Día internacional contra el Sida, resaca de una noche de chispas y espurnas, de luces y de sombras. Me recorrí la noche tras pasar por el Cyrano, tras cenar con amigos y echarnos unas risas. Al final no es tan complicado, lo de ser feliz. Yo lo soy. Pero pienso en las personas que no lo consiguen: algunas porque tienen situaciones realmente complicadas, otros porque no tienen mayores aspiraciones, porque son incapaces de reivindicarse como seres con derecho a la felicidad... Hoy es un día de compromisos. Empezamos el último mes del año: se ha ido volando el 2010, de Londres a aquí. Un vuelo rápido, con muchas cosas, con algún sinsabor, pocos, con algún recuerdo nítido, con una sensación placentera de bienestar... Y nos plantamos así en el primero del último de los meses, en un día comprometido y de compromisos. Y me hago ese compromiso: en la posibilidad que tenga, hacer felices a los que no acaban de reivindicarse...
Hay un momento de la obra que ensayamos a destajo, y quedan 17 días, que Borja, saladísimo, dice: "Amargada. Llena de rencor!". Y hay gente, lo he descubierto, que vive así. Yo en algunas ocasiones me ha pasado, pero cuando lo ves desde fuera, esa amargura tremenda se vive con distancia y pena. En la medida de lo posible, nos queda al final intentar que desaparezca. ¿Utopía? Prefiero llamarlo compromiso. Y me comprometo.
Me voy a casa a comer. A la tarde hay grabación. Luego inauguración de una exposición y, finalmente, programa en la tele. La tarde se presenta animada y yo tengo pocas ganas de actividad. El cielo, y no es metafórico, vuelve a cubrirse... Cielo de frío invierno, memoria de un primero de diciembre, que huele a compromiso...
No hay comentarios:
Publicar un comentario