domingo, 10 de octubre de 2010
VÍAS DE LA VIDA
A menudo me planteo hacia adónde irán mis pasos pasado mañana - un pasado mañana absolutamente metafórico -, y es bien cierto que nunca creo tenerlo claro. En cualquier caso sé, a ciencia cierta, que sí que se encaminan y la vida, que es justa, a veces, y tiene mil vericuetos, al final nos pone por delante vías y más vías para que vayamos haciendo marcha. Y el camino.
En el camino, al bajar de un vuelo, a las tantas de la madrugada, hace un tiempo, me encontré a Elena en el aeropuerto de Praga. Me reconoció ella, calculo que de la tele y de cuatro saraos donde nos habíamos encontrado y al rato, por cortesía y como corresponde, yo a ella: ¡Elena! Me había ido con Merche y Teresa, y un grupo mayor a pasar unos días a la República Checa, que era Checoslovaquia cuando yo estudiaba,... Y lo pasamos de maravilla. Mano a mano. Pues bien, Elena se casó el viernes y me invitó a la boda. Y allí estuvimos con una gripe considerable celebrando su felicidad. Me sorprendí a mi mismo al rato releyendo lo qué es la vida y las vueltas que da, algunas en avión. Y allí estaba yo, como nunca hubiera sospechado, en la boda de una buena amiga que apareció de repente en un frío aeropuerto, un mes frío de la helada Praga...
El fin de semana (se anuncia puente) ha sido imparable e impagable, a tiempos parciales: ayer nos pusimos a comer Boro, Leo, Gabi, Manolo, Luis y yo en el Baldo. Por la tarde no teníamos moros, así que nos pasamos por La Casa Blanca y nos pusimos trocotrós. Yo un Mai Tai, más concretamente. Me eché las risas que cupieron hasta que se cayó el cielo. En el coche de Boro nos fuimos a Cyrano, mientras la ciudad se inundaba, Rafi se caía y el sueño se iba apoderando de servidor. Se hizo de noche. Se suspendió la obra de Ruzafa, nos quedamos sin ver a Angelita que era la intención. Y acudieron al pub Laura y Carol, Sergio al rato, Angelita, Bausá, Vero y la comparsa fallera a la que ya se habían venido Bea y la Guti. Fuimos al Condiment: cenamos pese al sueño y nos fuimos al Cyrano, que se habían venido la Agustín y Consue. Nos desperamos por horas hasta que se hizo hora de dormir, más temprano que nunca. Que serían las tres más o menos...
Pues eso: que la vida me va dando vías. Que la de las fallas me ha abierto puertas que no esperaba encontrar y me ha puesto en el camino a gente que hoy son grandes amigos a los que les pasa cosas geniales. Angelita me ha dicho de ir al cine, pero no estoy yo por la labor de tirarle la primera piedra... He quedado a cenar, con Acosta and friends, supongo que luego se nos apunta... Me llama Leo (hablo con él y con Cristina). Hablo con Boro. Hablo con la Luna... Me voy a arreglar...
Anoche llovió. No hay huella de goteras en casa.
Es domingo...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14.
DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14. "Bendita locura" En la limpieza de fotos, anoche, volvió a aparecer el bueno de Paulin...
-
Los árboles de otoño tienen la hoja caduca, pero su raíz sigue anclada al suelo, a la tierra, donde erguidos se crecen con el paso del tiemp...
-
Nunca dejo de remar, porque es lo que siempre aconsejo a tanta gente que quiero... Pero es verdad que hay días que son lunes absoluto...
No hay comentarios:
Publicar un comentario