martes, 6 de abril de 2010

PLACERES CONSEGUIDOS

Después de unas vacaciones, merecidas diría yo, me pongo las pilas y con las pilas, puestas y recargadas, regreso al blog. Podría haber escrito estos días, no lo dudo, pero me desconecté de todo. Y lo conseguí. Necesitaba una puesta a punto, un frenazo y empezar de nuevo la marcha, coger un poco de aire, mirar la mar y el cielo, respirar, sentirme vivo, volver a emprender el vuelo... Y lo conseguí.

Lo conseguí, primero de todo, por hacerlo rodeado de amigos. No hay mejor terapia. A ellos les debo mis vaivenes y mis agradecimientos, mis horas de sueño (de terapia de sueño) y de non-stop. A ellos les debo mis sonrisas. Angelita, una vez más, Sandra, Sergio, Laura, David, Carol y Bausá (gracias) fueron los encargados de ayudarme a vencer el reto de mí mismo.

Y fui consciente de alcanzar la gloria, recién llegado su sábado - sábado de Gloria - en la madrugada mismo, viendo desde mi atalaya la luna y el sol emergiendo sobre el mar, y toda la playa en calma, y la arena inmóvil, y la brisa mañanera que despierta a los pescadores batiéndose contra mi desconectada mente... Fue un placer. Uno más.



El otro placer indescriptible: pasear junto a la playa. No tener mayor ocupación, ocupación alguna, que disfrutar del nada que hacer, nada que desarrollar, nada que proyectar... Que vayan saliendo las cosas poco a poco. Y como surjan.



El mar me calma, me llena. Me recarga. Lo he notado, de una manera visceral, con cada escapada a Ibiza. Cullera me recordó a Ibiza, no el lugar, desde luego. Si no la sensación de escapada, de retiro, de lugar mágico donde recargarse,... ¡Y vaya que si me recargue!



¡Hasta de peso! Porque, además de todo, esta odisea, lo fue, con amigos, gastronómica. Hemos comido fantásticamente bien, y bebido. Unas vacaciones en toda regla, porque uno no llega a estar de vacaciones si no vuelve a casa con unos gramos de más... Y volvimos. ¡Vaya qué si lo hicimos!



Placeres... ¡Ay de la vida! (¿Nadie me responde?). Lectura (Albert Espinosa, un libro muy recomendable: Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo"), ron, tabaco, conversaciones, risas, buenos momentos, contagiados de amistad, la brisa del mar, el silencio de las palmeras blandiéndose al horizonte, la vida... Al fin. Y al cabo.

No hay comentarios:

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14.

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14. "Bendita locura" En la limpieza de fotos, anoche, volvió a aparecer el bueno de Paulin...