viernes, 2 de abril de 2010

DOLORES DE VIERNES



Viernes de dolor, escucho a Compay Segundo.

Me dejo lejos la imaginería semanasantera y me voy en comer para la playa. Me encanta el color de la Pascua, el morado de las vestas, el rigor de los tambores, el rictus de quienes procesionan, el aroma sado de las noches de entierro y resurrección. Siempre me han gustado las tradiciones, la vena folclórica que a todos nos sale por algún lado. Y a mí, con un zumo de naranja sobre la mesa (algo amargo, empieza a caducarse como me caduco yo) y el son cubano, me llegan las vacaciones, cuatro días, que ni me creo, con mis amigos... Hace años iba a Sarrión (el pasado sin ir más lejos). Otros viajaba: Finlandia, Berlín, Italia,... Éste me lo reservo para descansar. Para cerrar muchas cosas y abrir otras nuevas. Quiero respirar, leer, escribir y estar con mi gente. Ése es el planning que tengo para los próximos cuatro días... Compay sigue: y en vez de maldecirte con justo encono, en mis sueños te colmo, en mis sueños te colmo, de bendiciones...

He comenzado a leerme el libro que me regaló Angelita antes de ayer. Tiene buena pinta. Tengo la maleta por hacer. Vienen a casa a comer y nos vamos... Cuatro días, en los que no tengo nada planeado, casi casi ni los menús... Necesito una ducha, poner mi habitación en orden y decidir qué hago de ahora en adelante. Viernes de dolor. Echo en falta la tragedia teatral de las procesiones y las saetas a golpe de trompeta y tambor. La tamborada turolense. Echo en falta algunas cosas... ¡No dejo de ser una folclórica! Y qué viva el fólclore...

PD: Hoy no parece viernes (por lo menos, sábado)

No hay comentarios:

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14.

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14. "Bendita locura" En la limpieza de fotos, anoche, volvió a aparecer el bueno de Paulin...