lunes, 31 de mayo de 2010
NOCHES DE CALOR EN EL ECUADOR
He visto un termómetro que marcaba cuarenta. Lo prometo. Yo, con veinte en copas, me hubiera sido más que suficiente... Madre de Dios. ¡Qué calor! ¿Quién se ha empeñado en traerse el mes de agosto? Me he levantado a las ocho, me he arreglado y me he ido al cursillo que empezaba esta mañana sobre acceso a la información. La verdad es que se me ha pasado la mañana antes de lo que pensaba, ha estado interesante. Al mediodía he comido con Lasa, en su casa. Unos spaghetti al pesto más que exquisitos... Conversación hasta las cinco de la tarde y calor en taza. Paseo por María Cristina. Me encuentro a Boro y tres termómetros: caloraca. En potencia. En casa la temperatura 39,9, a falta de cuatros y de ceros. Me tumbo, intento pasar de la calor, pero es harto imposible. Hablo por teléfono, con unos y con otra. Me recoge Toñi, recogemos a Nacho y nos vamos de garden shopping. Me compro el cubo de la ropa. Ceno con papá y mamá, Edurne recién despierta, en casa de Rosa y ÓScar. Ceno y a casa. Calor tropical, ecuatorial, me atrevería a decir. Me envía Kone un mensaje precioso desde Barcelona. Le debo visita. Vaya por delante mi beso. Alegre beso. En casa, fumo un cigarro y escribo algo. Estas líneas,... Que el calor no nos supere esta noche. Sólo eso.
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