domingo, 2 de mayo de 2010

LA ETERNA EVOLUCIÓN



Mañana vuelvo a la carga con un capazo de ideas, mías, personales, sobre mí, para mí, que debo empezar a poner en práctica. Debo no, quizá. Quiero. El fin de semana ha sido un exceso de cansancio. Regresé viernes noche, cené en la falla y estuve con amigos por Cyrano (alargando de manera inconsciente una jornada dura y cansada). El sábado fue la festividad del gremio, una vez más. Me arrastré cansado hasta la comida, las conversaciones de después y el viaje a Ruzafa. Cené un sandwich envuelto en plata. Me encontré, sorpresas que tiene la vida, con Nuria y Alejandro, Noelia y Toni, y su larga caterva de amigos. Hacía años (muchos) que no coincidíamos de fiesta los cinco. E hicimos planes de futuro, que tendremos que concretar. Una vez nazcan Hugo y Lucas. Me alegró mucho el reencuentro. Me ha alegrado más hoy; al comprobar en el móvil la foto que nos hicimos para dejar constancia de nuestro encuentro. Me dieron las tantas: estaban los de siempre y algunos más, entre risas. Aunque yo estaba más empujado por el cansancio (arrastrado como un tango de Gardel) desde hacía ya unas cuantas muchas horas. Esta mañana me he levantado para irme con mis padres y Mercedes a Onda. Cierre familiar de fin de semana. Hemos comido en familia, he intentado no dormirme, y hemos charrado de todo un poco. He vuelto a casa. Y desde ese momento alargo esta noche para irme a dormir. Creo que voy a pasar antes por mi libro, y mañana, como os decía a volver y cambiar. La eterna evolución (que algunos días duele).

No hay comentarios:

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14.

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14. "Bendita locura" En la limpieza de fotos, anoche, volvió a aparecer el bueno de Paulin...