jueves, 13 de mayo de 2010

SE BUSCA TIEMPO PARA FLOTAR



Tiempos de luces y sombras. Asustado, porque las luces brillan tanto... Las sombras, descartadas de la noche, apuran por las mañanas a ratos malsanos y cada vez, menos perecederos... Ha sido un día absoluto, relleno, repleto. No he parado. Cojo taxi a la radio: tertulia política, recortes sociales, a pagar los de siempre, ¿los sindicatos?, la vida,... El aire. La palabra. Cojo taxi al Ayuntamiento. Diseño. Escribo. Selecciono. Reunión. Saludo de pasada en el facebook, no tengo tiempo de descolgarme hoy. Sigo después de la reunión y ahora suena Ana Belén y Soledad Giménez. Actitud. Alguna mala noticia de alguien a quien se aprecia. Calor en el despacho, el aire que sube y baja. El aliento, que nos falta.

Como en la plaza del Ayuntamiento con el amigo Acosta (nadie sonríe tanto con los ojos como él, es algo fuera de lo normal). En mitad de la comida: ¿Eres feliz? Sí. ¿Tú? Yo creo que también soy un tipo feliz. Se te nota. Hay quien no tiene amigos con los que hablar sobre la felicidad, a mí me la aportan ellos... Sin dudarlo. Hola. Hola. Me habías llamado. Al móvil. Sí. Qué querías. Nada, era para escuchar tu voz... Nadie me dijo algo tan bello desde hace tiempo, algo que apreciara tanto. Cuelgo el teléfono: wasabi.

Vuelvo al despacho. El teléfono suena. Contesto más tarde. Hago una llamada obligatoria, vuelco el estómago. Y otra, me descuelgo por facebook. Ahora para Valencia, una vez más. Calor absoluto. El verano al otro lado de la pared. Y el cielo, el viento, el aire, la materia donde flotar...

No sé qué va a pasar a partir de ahora, no puedo escribirlo.

Al volver en el metro, me quedé sobrecogido porque hacía mucho tiempo que no se había vuelto a cruzar en mi vida. Y allí estaba. Nunca había sentido recobrar un amor adolescente como esta vez. Y me sobrecogió. Los dos hicimos como que no nos vimos, así, por el paso del tiempo, nada nos obligaba a saludarnos de nuevo. A decirnos qué tal nos fue, media vida después. A preguntarnos cómo nos va. Ni a decirnos, a ver si nos vemos pronto... Llevamos la mitad de nuestras noches de sueño sin vernos, y hoy los ojos se han cruzado. No nos hemos dicho nada. Fue un amor primero... El tiempo lo mató. Y hoy, cruzarme con su mirada, me devolvió aquella sensación ya lejana...

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