sábado, 21 de marzo de 2020

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 8.




DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 8.
"Sin aire"
"Lo acabo de ver. Me he emocionado y todo. Tantos días en casa, estas muestras de cariño, me hacen ver que hay muchas buenas personas...". Me lo escribe Carol. Son las 10:01.
Carol es un cuerpo de junco con genio de yunque. Carol es tan buena como firme, tan fuerte como coherente y tiene tanto genio como tenacidad. Nos llevamos bien porque somos de ir de frente, hasta para embestirnos. Y nos queremos porque el tiempo ha hecho su trabajo a base de confidencias y confianzas.
Carol se refiere al vídeo que ayer organizamos a escondidas para sorprender a Ángeles, Judit y el pequeño Alejandro. En el momento en que di "play" la primera vez, una vez acabado, solo en mi soledad, solamente vi corazones. ¡Muchos corazones! Muy grandes, unidos, para dar una sorpresa a unas Falleras Mayores, las nuestras, que han podido con todo. Con esto y con más. Estoy convencido de que, lo escribí hace poco, solo ellas eran capaces de sobrevivir a esto y con la energía y la generosidad además de dejarme a mí sobre la tabla, para que yo no me hundiera. O hundiese.
He tenido cada momento la confianza de saber que ellas no estaban solo junto a mí, estaban detrás mío, apoyándome, para no dejarme caer. Y esa generosidad, incalculable, tampoco se puede agradecer... No hay manera humana. Así que lo repetiré hasta quedar afónico.
Ayer el capitán se sintió orgullosísimo de su tripulación. A toque de silbato, comenzaron a florecer las fotos con corazones. Durante todo el día. Y cada una llevaba tanto amor que hasta costaba descargarlas... Lo dice Carol, lo creo yo: " Hay muchas buenas personas...". Ayer volví a sentirlo.
Y sí. Las hay. Como las hay de malas o de necias. Estoy convencido que esta crisis mundial, esta pandemia de sustos, servirá para apartarlas definitivamente. Yo lo haré. Y si todos lo hiciéramos, ya no tendrían oxígeno... Se quedarían sin aire.
Durante años me he prometido mil veces que dedicaría mi esfuerzo a la gente buena. Y lo he hecho, en gran medida. Pero inconscientemente he dejado también que los "malos" (los tontos, los necios, los zoquetes, los cotillas, los bobos, los imbéciles, los patanes y los distraídos) tomarán parte de mis pensamientos y me obligarán a sopesar, a medir, a tenerles en cuenta... ´¡Váyanse al carajo! Ustedes no tienes ya cabida... No. No les daré más oxígeno. Me lo prometo yo. Y se lo prometo a todos los que creen en mí y que se merecen el tiempo que ustedes restan...
En mi vida hay una inmensa cantidad de gente buena. ¡Brutal! Y lo sé. Y les amo. Y me encanta tenerles... Hago ruido, como me dice Ana siempre (que es esa mujer que pierde la bondad en lágrimas), Y ese ruido acerca a mi vida a gente increíble que suman y multiplican. Pero también, los ecos oscuros de ese ruido dejan más cerca de lo que quisiera a los que no saben sumar... Ellos tienen una oportunidad ahora. La vida les regaló este confinamiento para que se revisen. Para que crezcan. Para que florezcan... Yo no perdería una oportunidad así. No deberían hacerlo..
Es más. No lo estoy perdiendo. Llevo siete días de encierro involuntario entre trabajo, escritos, cocina, whatsapps y examen de conciencia para revisar cuando he pecado de palabra, obra y omisión. Ayer compartí con mi gente buena una coca de llanda que hice para saciar la ausencia. Y hoy, desayuno con un café y con amigos. JJ sigue patrullando las calles, enfadado porque toda la gente no cumple. Lamentablemente, Juanjo este escrito habla de esos necios, egoístas y memos que no saben de generosidad. Y te entiendo. Porque te acaban robando la felicidad de poder ver que esa mayoría que sí cumple, que sí que ayuda, que sí que es responsable, estamos haciendo lo que toca... "Acuérdate de nosotros. Y recomienda (obliga) a no salir" me pide...
Y pienso en hacerlo. En escribir sobre la solidaridad obligatoria de no contagiarnos. Escribir sobre la voluntad de ayudar a los demás y cumplir para que toda esta pesadilla se pase pronto... Pero pienso en la catarsis. En el cambio de sociedad que estoy convencido (sí amigo Fernando, yo también lo creo) que nos traerá esta crisis. En la necesidad de hacer de esta crisis otra oportunidad... Y eso necesita tiempo. Más tiempo. Más confinamiento, más silencio, más búsqueda interior y menos videoconferencia... Por eso, me voy quitando móvil a ratos y buceo dentro de mí... Y lo recomiendo. Con su dolor y con su gloria.
¿Y sabes que más creo Juanjo? Que la gente que lee esto y a la que yo podía obligar a que te hicieran caso, ya te lo hacen. Porque son la gente buena... Y que hay también quien se pasará por aquí, algunos pocos, lo leerán y como todo lo que yo escribo no lo acatarían por llevar mi nombre... ¡Ay el día que facebook notifique que "noséquién" acaba de leerte en tu muro y se ha ido rápido...! (Esta frase le habrá encantado a Ana Ariza. Probablemente habrá gritado sola en casa: ¡Bravo Chaume, Bravo!).
Me escribo con Laura (cómo te echo de menos).
Me regala Lorena unos segundos de Ángel, que son gloria bendita...
Y sigue la mañana... No sé si os lo dije. Ayer hice una coca de llanda que me salió para compartir. Tengo ya apalabrada hacer una más grande para mi grupo definitivo... Qué ganas de verles. ¡Qué ganas!
Suena en casa ahora Massiel: "Eres". Esta canción me trae grandes recuerdos, de un pasado revisado y mejorado. Voy a decretar ya mismo Estado de Limpieza, que ya toca. Tengo dos maletas por deshacer, cuatro trajes de valenciano por colgar y seis sueños por envolver... Mis recuerdos no huelen a pólvora este año. La ausencia, a veces, tan generosa en dolores...
He hecho una lista en spotify: "Diario de una catarsis". Y aunque tecnológicamente soy un ceporro incalculable, la he convertido en lista colaborativa para que podáis incluir vuestras canciones... Las treinta primeras son las que sonarán esta mañana en mi casa. Por si queréis acompañarme... O sumar las vuestras... Al fin y al cabo, la vida se trata de sumar... ¡Bendita las manos que ayudan! (https://open.spotify.com/playlist/75WkgAfUrtpnysTYRNRAqn…)
Le doy al play. Comienza Mina, "Moliendo cafe" cuando el mío ya está olvidado... y la cocina y el estropajo me esperan.
El cielo está nublado. Me desperté feliz...
"Hay tanta gente buena por el mundo". Me lo escribe Carol de nuevo. Son las 10:05 en mi soledad.

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