Querida Laura:
A estas alturas ya sabes todo. Mi alegría, mi emoción, mi entusiasmo...
Palabras a las que da vergüenza ponerle un posesivo, porque están tan
repartidas que me ha costado casi 48 sentarme a escribirte esto. Me
siento profundamente orgulloso de ti, como siempre, desde que te
conozco. Y me da un rubor espantoso (tú que sabes que a mí hay cosas que
me apuran) escribirte estas letras, que
por otro lado creo que te corresponden... Lo dije el sábado en nuestro
brindis intentando tapar que me emocionaba tenerte al lado con esa
mirada tan radiante: me siento tan contento de teneros a ti y a Ana en mi vida, que solo puedo ser agradecido por tanta fortuna. Hemos ido
creciendo juntos, emprendiendo caminos, retos, sufriendo a ratos y
sonriendo la mayoría. Y siempre sabiendo que ahí estaban "las gemes" y
que el "Bronchu" estaba por si hacía falta algo. Este año, al recoger
las cenizas de la falla con Ana tuve una conversación preciosa hablando
de ella y de mí, pero sobre todo de ti. Quisimos que fuera tu año, y tú a
cambio, nos regalaste emoción, sonrisas, detalles, cariño... Ahora se
abre ante ti otro año fantástico, en el que vivirás como tú sabes cada
ilusión y cada día. No pierdas nunca la magia, niña. Nunca. Y aunque a
ti te he visto combatir como a nadie el cansancio, si en algún momento
flaqueas, piensa en aquellas fotos, en las risas, en las ganas, en el
sueño que un día tuviste... Y vuela alto. El "Bronchu" siempre estará
por si hace falta algo... Este año, mucha más gente va a poder
conocerte. Cada uno que lo haga, que se sienta tan afortunado como yo.
Sed muy felices las dos, os quiero mucho. Firmado: El "Bronchu".
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