Estoy disfrutando, la mar. Desde luego. Primero, sorprendido por una Irlanda que no tenía con expectativa alguna, si siempre había pensado que acabaría viniendo. Segundo, porque resulta que se convierte en un tranquilo remanso de paz, aunque no paremos de hacer cosas ni de ir de un sitio a otro...
La noche que llegué me llevaron directo del hotel al Caffe en Sienne, un local espectacular (barroco a tope) del centro de Dublín. Intentamos pasar por Samsara, imposible porque cerraban, y acabamos recluídos en los bajos de un local donde pinchaban una música de primera. Conocí a Ángel y a Iván, con los que empezamos a compartir unas cuantas risas y viendo a Prim, (los dos Prim estuvieron el viernes en mi vida, por motivos distintos) con el que converso sin parar en estas horas...
Dormimos un poco, lo suficiente para hacer marcha. Ayer mañana, mañana del sábado, viajamos a Droghena. Miguel tenía una reunión y yo me fui con mi cámara de fotos a recorrer el pueblo. Me recordó a Londres y el viaje con Hugo. Pasé por algunas iglesias, donde pedí con devoción e hicimos marcha hasta Dublín. Comimos en The Bank, un espectacular restaurante en el centro de la ciudad. Hamburguesa y pastel de pescado, cocacolas y expresso. Salimos del local y nos fuimos a Hard Rock, a comprarle una gorra al tete.
Fuimos luego a disfrutar de un pub, irlandés, irish irish que dice Prim. Yo volví a mi Blumers de Pera (como en Londres, cada vez, en Cyrano alguna) y echamos la tarde hasta que Miguel y yo nos bajamos a un Thai a cenar. Capricho de nuestros caprichos... Nos acercamos a una discoteca de adolescentes y nos recogimos con Iván, Ángel y Patricia. Nos fuimos a Sansara directos. Conocí a Pablo y Ana. Y echamos dos mojitos y unas palomitas. Algo de baile. Y fiesta, mucha fiesta, que cerramos en el Caffe en Sienne. Hasta que chaparon. Me encanta este sitio. Y la fiesta de anoche: double dark rum,...
Esta mañana he dormido hasta que Miguel puso en marcha nuestro siguiente destino. Espectacular: ahora entiendo porque a Irlanda le llaman el país de Dios. Hemos estado en Glendaloch (ya os pongo fotos y al día). Ahora nos vamos a Bray, a cenar. Os voy contando...
sábado, 10 de julio de 2010
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