viernes, 26 de diciembre de 2008

EL RETOR FEMENINA

Hacía diez años que no me subía a un escenario. Diez años sin probar el veneno del teatro y con Noscarmientas he vuelto a sentir esa pasión desenfrenada, empujada por los nervios, que es subir a escena.

Todo empezó en abril, alrededor de una mesa con algunas notas sueltas escritas a mano y una canción "Winner takes it all", de Mamma Mía. Ángeles y yo hemos apurado centenares de cigarrillos, vasos, risas, horas de dedicación y mucha ilusión para escribir un libreto que bautizamos como "La Sorpresentació. Un canvi d'hàbits". La historia, un convento muy peculiar y con una nómina de personajes paridos a golpe de risa. De mucha risa. Y entre todos, uno que ha sido más especial para mí de lo que nadie cree: el cura Femenina. Él me ha regalado la ilusión de volver al teatro, pero sobre todo, entre crearlo, los ensayos y la obra me ha obsequiado con las mejores horas de un año duro y muy difícil en el que no han dejado de pasarme cosas buenas... Él, una de las mayores.



Muy probablemente, el cura Femenina ha venido a salvarme de algunos infiernos y me ha hecho sonreír mucho más de lo que solemos sonreír la gente. Poco a poco, sentí como crecía, como se apoderaba de mí mismo en muchos momentos y me invitaba a disfrutar rodeado por un sinfín de gente impresionante que ha ampliado mi familia en los últimos meses del año. Sólo puedo estarle agradecido. Muy agradecido. Y sobre todo por dos razones: las personas que ahora son mis amigos y forman una parte muy divertida de mi vida y las horas de diversión que nos ha regalado esta obra, a todos, pero especialmente a Ángeles y a mí, que la vimos crecer...



Ángeles ha sido la pieza clave de esta historia. El embarcarme en el proyecto fue por ella. Escribir!!! Dios! Escribir... Con tanto tiempo como hacía que ya no escribía nada de nada, la obra surgió casi como un ejercicio de improvisación tejido con muchas horas de mimo y de amistad personal. Creo que el resultado mereció la pena. El retor Femenina no habría existido nunca sin una madre Felíxia a la que comprender, premiar, confundir, engañar,... Exorcizar! Ángeles ha vuelto al teatro, del que no debió irse. Ya nos habíamos conocido por un escenario, justo con aquella última obra de hace ahora una década... Y de nuevo, entre bambalinas, empujados por unos nervios que disparaban ilusión y convencimiento a raudales, el teatro nos une y nos regala algunos de los momentos más gratificantes de un año especial, fantástico y al que le estoy y estaré agradecido... ¡Cómo a la propia Ángeles! Que no pudo estar mejor en un escenario...



El veneno del teatro... Una vez más. Regalado en dosis pequeñas con un papel explosivo e histriónico, divertido y muy, pero que muy, muy particular. El Retor Femenina será sin dudarlo un referente para mí, a nivel personal incluso, porque en él pude volcar la ilusión, la confianza de mi gente y el valor de cuando las cosas se llevan a cabo con mucho mimo. He disfrutado, me he reído y preocupado, puesto nervioso, llevado al cansancio... Me ha provocado tantos sentimientos que es un premio en sí mismo el haber podido conocerle. Ahora, de vez en cuando, me saldrán algunos de sus aspavientos, de sus grititos agudos y entrecortados, de sus miradas de cansancio, sus resoplidos de desaprovación,... Ahora, el retor, se queda conmigo, no sé por cuanto tiempo. Un tiempo del que siempre le estaré agradecido...



Algún día, pasaremos a hacer otro papel, no sé si dentro de diez años o de diez días. Pero me guardo con especial celo el cariño que le he cogido a este cura "locaza" y divertido... Cuando salí a escena en bicicleta, escuché las risas y los aplausos. Y me sentí tan recompensado por saber que había quien se olvidaba por un momento de sus problemas del día a día, que comprendí que no hay ningún gesto tan humano y solidario como el de provocar la risa en los demás... Si en algún momento el retor Femenina me hizo más feliz o alegró a cualquiera, a mí tan sólo me queda ya darle las gracias por hacernos vivir en positivo, con un brillo especial en la mirada y la sensación de que los buenos, a veces, también ganan la partida... Gracias retor Femenina, donde quiera que esté usted a estas horas de la madrugá...

1 comentario:

Angelita dijo...

Él también te debe mucho a tí. El otro día alguien me decía que escribir a medias con alguien era muy difícil. Pero es que contigo todo es tan fácil!!! Hasta tú eres tan fácil. Un beso

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