jueves, 30 de octubre de 2008

EN EL LÍMITE. CAMINOS DE LA DECEPCIÓN.



Huma Rojo (Marisa Paredes en "Todo sobre mi madre") le había copiado la frase a una actriz de clásicos en blanco y negro, creo que era Bette Davis: "Por alguna extraña razón siempre me ha gustado confiar en la buena voluntad de los extraños...". A mí me pasa algo igual, tiendo a confiar brutalmente en aquellas personas que de repente aparecen en mi vida y de manera, no sé si mucho más sensata, en aquellos con los que vengo compartiendo la vida desde hace años... Sea como sea, y muy probablemente porque el cielo está gris (oscuro) y todo tiene un aspecto tan frío como cenizo, me he levantado con la sensación de tristeza que me provocan las decepciones de aquellos que se mueven en tu entorno y que, afortunadamente, te suponen o te supondrán... No hablo de la gente del pasado porque ésta, por lo general se fue para siempre sin llegar a morir...

Soy un tío afortunado. Tengo una cantidad ingente de gente a mi alrededor que me niegan la posibilidad de decir aquello que cuento con los dedos de una mano quiénes son mis verdaderos amigos... No es mi caso. Tengo muchos afortunadamente y lo sabéis (y me lo demostráis). Amigos que rara vez me decepcionan, que me demuestran un cariño similar al que yo os tengo, que están siempre, que mandan de vez en cuando un sms poniendo tan sólo "¿y?", "¿bien?", "¿cómo vas...?",... Cualquiera de esos mensajes que me dan la vida...

Luego están los que me han preocupado. Los de la decepción, los que se mecen en el límite del recuerdo y del presente. Los que he intentado mantener a mi lado, abrirles las puertas de mi vida y mi amistad, y sientes como la han bordeado, sin entender muy bien los propósitos o los miedos, o las faltas de empatía, o sabe Dios qué... Como Huma Rojo siempre he confíado en la voluntad de los extraños, pero me he dado de la manera más generosa que conozco a todos aquellos que han llamado a la puerta de mi amistad,... Por eso, cuando alguno me decepciona, un hondo dolor me cubre al principio hasta que lo abandono en el límite de los caminos de la decepción,... Tengo menos casos que de amigos. Ya dije que soy un tipo afortunado. Pero lo cierto es que, en esta mañana gris, me he levantado con la sensación de pensar "por qué"... Y no siempre uno encuentra respuestas para todo... Intento ser gente de mi gente. Intento seguir siempre sumando gente, pero hay algunas personas, muy pocas, por más que lo intento, que deciden quedarse a una prudencial distancia que jamás comprenderé cuando mis intentos son dejar las puertas abiertas... No sé si deberían preocuparme (seguramente si hubiera amanecido con sol ni lo habría pensado...), pero si no pienso en ellos, que tampoco son tantos, conocidos de mi vida, seguramente los acabaré dejando en el pasado gris oscuro de mi vida... Y hay días que me levanto y no entiendo por qué... Quizá porque no ha salido el sol. Quizá, porque lamento no saber acercarme a ellos. Quizá, porque me siento defraudado, en el límite... Caminos de la decepción. Quizá si hubiera salido el sol...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Vale que un día te levantes gris... pero recuerda que tú eres de colores, de todos, como la bandera esa. Y haz el favor de no ponerte como el día que bastante tenemos. Y gris sólo soy yo.
He dicho.

alberto dijo...

Hola Jaume,

Sólo quería saludarte. Llevo tiempo leyéndote y hoy por fin me decido a escribir ya que me acaba de suceder algo como lo que relatas.

Que sepas que aunque en la distancia, me apunto a ocupar el espacio que han dejado.

Un abrazo de tu antiguo colaborador en Canal 25 radio.

Alberto Centeno

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