jueves, 9 de julio de 2015

LA CAMISETA


Ayer tuve un ataque de compra compulsiva: ayer compré esta camiseta que no necesito sin elegirla por precio ni porque me gustara ni más ni menos. La compré sólo porque su lema - My life is always a party (Mi vida siempre es una fiesta) - es algo que muchos creen de mí y que yo he decidido ya a convertir en una realidad. Os parecerá una tontería, pero llevo el suficiente tiempo encorsetado en lo que se considera "correcto" como para romper y decidir a mis veintidemasiados que ni "carpe diem" ni "haz lo que debas" ni ningún otro slogan con el que vivir... Sólo me voy a esforzar en celebrar la vida. En que sea una fiesta continua, porque me he dado cuenta que es absolutamente injusto que, con todo lo bueno que hay a mi alrededor, me siga ciñiendo a lo que se supone que toca y mirando por todo el mundo antes que por mí. Que sí, que lo sé... Que todos hemos tenido crisis existenciales en las que nos hemos prometido más egoísmo y menos solidaridad emocional, pero es lamentable que siendo como siempre he sido hayan personas o motivos, momentos y razones que me hayan empujado hacia aquello que ni me gusta, ni he elegido ni he tolerado nunca. ¡Que me han borrado el color! Y no. No se trata de convertirse en un "fiestas", no me voy a hacer el mundo con una moto y una mochila, no me voy a lanzar en brazos del budismo ni abandonar toda mi vida, tejida con más esfuerzo del que algunos sospechan... Tan solo voy a hacer que mi sonrisa no desaparezca. Ni la mía, ni la de los que me acompañan. Porque tengo alrededor amigos que ultiman el momento más importante de sus vidas y lo comparten conmigo, porque tengo amigas que me emocionan tan solo porque son felices al comerse una croqueta, porque tengo amigos que me hacen latir cuando aman en secreto de la manera más adolescente, porque tengo gente que sigue mirándome a los ojos cuando sonríe y porque echo en falta a gente de la que sigo esperando un whatsapp que me sorprenda... Solo quiero eso: la alegría de vivir. Y es posible.

Igual que hay gente gris que solo pretende traer ruido a mi vida e imponer con su egoísmo y su intolerancia, tengo una legión de personas que me habéis demostrado siempre un cariño que me parecía desmesurado. ¡Pues ea! A esos quiero conmigo... Que ni calores ni crisis existenciales de mi edad tan bien llevada como curtida; que aquí no hablo ni de política, ni de trabajo, ni de proyectos, ni de problemas... Que os hablo de vida. Y sí. Alto y claro, como mi camiseta: "My life is always a party". Y a mi fiesta está mi gente invitada. No me cansé de nada, simplemente decidí. Por eso ayer compré la camiseta, porque vi algo que mi alma rumiaba y no había sido capaz de escuchar. Lo que merece la pena es esto: vivir. Yo voy a seguir haciéndolo, solo que desde ahora vuelvo a mi sueño de eterno Peter Pan, para esforzarme cada día y cada noche en escribir de mi puño y letra, todos y cada uno de los renglones de mi vida... 

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