miércoles, 30 de noviembre de 2011

POR CAMINAR

Se acaba noviembre. A mi amiga Toñi le dará una alegría por el fario que le da este mes. A mí me deja una sorpresa en la recámara: el blog ha resucitado exponencialmente. Venía desde agosto observando cómo decaían las visitas y de manera pareja mis ganas de escribir. Sin embargo llegó noviembre y arrastré las letras hasta las líneas desde el teclado. El resultado, pues que vosotros habéis decidido que sea el mes con más visitas del año... Gracias, pues, por seguir ahí, al otro lado. Que se agradece y mucho.

Cierro el mes y apunto en la moleskine mental que, como la canción última de Amaia Montero, "Borra tus huellas, toma las riendas, sólo es cuestión de caminar, caminando por la vida cantaré por el camino, que en las penas y alegrías me encontré con el destino...". Noviembre no ha sido dulce, ni duro, quizá si un mes anodino en el que cierro otro capítulo en mi historia o espero a abrir otros nuevos. Lo primero, que me urge, un cambio personal en la manera de afrontar algunas cuestiones. Una, la de pensar que, aquello que no aproveches en el momento no volverá a suceder... Y no estamos para perder trenes. Otra, que cuando uno como servidor tiene la conciencia tranquila, adelante que no vamos mal... Siempre habrá quien pierda más. La tercera, que me pierdo tiempos y tiempos en decidir qué decido. Y sigo sin decidirme...

Hoy intenté engañarme haciendo algo de la limpieza del hogar. Cumplí los cánones, puse música e incluso llegué a rematar la mesa del comedor. Pero me encontré de repente con una mosca volando (en eso Edurne se parece barbaridad a mí, aunque yo no lo voy a reclamar para que no me hagan culpable de nada...) que se posó sobre mi moleskine, ésta física, del viaje a Egipto... Creo que no es una mala manera de cerrar el mes, hoy que tengo programa, anoche que ensayamos en la falla, mañana que Dios dirá...

Os dejo con unos recuerdos que me han asaltado de julio de 2007, cuando mi vida era ésta ya, ni muy difícil ni muy olvidada...


"Cada viaje se ha despertado en mí como una experiencia única, excitante, divertida... De la mayoría de aquéllos he venido guardando un pequeño diario donde he detallado a cada momento qué hacía en esos viajes: Cuba, Lisboa, París,... Luego ya, al hacerme mayor, dejé la escritura. Hasta hoy: Egipto es el viaje de mi vida, el más preciado, el más soñado... Egipto emerge como un viaje singular pero, sobre todo, como una experiencia vital que llega justo ahora..."...

Miro atrás con aquél recuerdo. Egipto. Y pienso muchas cosas... La primera, la fortuna de toparme hoy con mi agenda negra rellena de vivencias. La segunda, que no debería de dejar de escribir... La tercera que me acabo de decidir a cerrar los males que noviembre haya señalado... Y que camino, que vengo caminando mucho tiempo, y me queda mucho por andar...

Gracias. Una vez más. 

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