lunes, 23 de febrero de 2015

EN EL CAMINO DE LO MONÓTONO


Sería el final perfecto de un anuncio, o la frase de una película justo antes de que empezara a sonar la música: si hubiera podido parar la vida en un instante, la hubiera frenado. El fin de semana ha sido apoteósico y se sienten por delante unos cuantos más de la misma envergadura. Al trabajo, que no ha cesado, se han sumado mil y un sitio, mil y una cosas y, sobre todo, mil y una personas que han hecho de este fin de semana una cita espectacular conmigo mismo.

El viernes noche tuvimos la Gala Fallera: no me quedó nadie para hablar, con quien hablar, ni con quien reírme. Echamos las horas hasta caer agotados en el autobús de vuelta a casa. A la mañana siguiente alarma de despertador para ir a almorzar y acto seguido me fui a la cama. En la mañana, la sorpresa de dos reencuentros vía whatsapp. Pero a lo que íbamos... ¡Yo! Partiendo el día con una siesta... ni me lo creo. Por la tarde tuve concierto, espectaculares Fleakies como siempre, y cena de Amparito como Fallera Mayor. Una noche llena de momentazos, de risas, de emociones y de fiesta, que es al fin y al cabo de lo que se trata. Nos pusimos la noche por montera, de lo más taurino en El Coso y paseamos por Cyrano hasta que cerraron y en éxodo a Jerusalem. Nos dio casi el alba echando mil risas y nos fuimos a dormir. Me quedé a dormir en casa de Richard y Amparo para despertar el domingo el espíritu con una ducha de agua fría. Me bajé a comprar al Omar y acto seguido emprendimos camino del día de la Crida: tocaba prepararse para iniciar las fallas en la tele. Empezamos el directo a las 19 horas con Laura y Mabel. Antes me escapé a la falla para preparar un caldo de pescado con patatas y jugar un truc. Hay tradiciones de Crida que no pueden perderse. Me vencían el cansancio y la pena de abandonarme por el camino de lo monótono, pero nos echamos las últimas risas a base del "Caloret" de la alcaldesa en la Crida y cenando en el 100 montaditos. Esta mañana me desperté antes de las nueve, olvidé poner el despertador y afortunadamente un ángel de la guarda me despertó. He ido acompañando el lunes con recuerdos y nostalgias del fin de semana. Y empujándome a mí mismo, porque ya es la única solución.

Ahora dejo de escribiros. He quedado con Pepa para acudir a un acto a las 20 horas y calculo que estaré pendiente del veredicto de presentaciones vía whatsapp. Pase lo que pase, estoy muy orgulloso de nuestro equipo.

Posdata: empieza a asustarme lo que sueño. Bichos, despertarse en mitad de los sueños y demás cosas raras. La ausencia de sueño hace mella. Y llevo desde principios de año con siete horas de media, más que en la vida. Lo dicho, que camino por recuerdos y nostalgias...

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