viernes, 11 de julio de 2014

LOS MOSQUITOS SE FUERON A DORMIR


Hoy hace más día de julio, pero porque toca. Desde luego. Me despertó Pepa al teléfono, porque la noche fue cainita y me quedé dormido por la mañana. Me desvelé en mitad de la madrugada por un picotazo de mosquito, con mis cosas, a las tres de la madrugada y quise salir de la cama. Pensé que no era la mejor idea y me quedé quince minutos más. Luego salí, encendí el ordenador y pasé la madrugada desvelado hasta las cinco de la mañana que regresé al colchón. Los mosquitos se habían ido ya a dormir. Y seguí con el sueño.

Salí a la calle echando fuerza al viernes. No me derrotan nunca los días porque no sé cómo los junto en la agenda. Pero tenía sensación de semana que se fue volando. Tomé un café con Paco Garrido en la plaza. Luego seguí la marcha en el despacho. Otro rato con Pepa que vino. Respondí unos mails de Solivares que promueve comida. Y regresé a casa pensando en eso: comer. Como no supe si hoy el cuerpo quería los pecados de la carne o el pescado recién pescado, pensé en las patatas. Y en los ajos que papá ha sembrado y que anoche me dio Rosa. Ajoaceite al instagram y patatas al horno, bueno al microondas (receta de mamá). Hoy es 11 de julio, pienso y sigo. Como. Capítulo de Gran Reserva en el televisor que saco del videoclub. ¡Qué grandes los mano a mano de Emilio Gutiérrez Caba y Ángela Molina! Y ahora con el calor me pongo a escribir...

Y pienso en el día que se va yendo. Y recupero una foto que al mediodía mi pequeño tesoro me mandó por whatsapp. Cada día me río más con ella en sus chats (y me gustan menos sus faltas de ortografía, he de decirlo.). Edurne, que va creciendo...

No hay comentarios:

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14.

DIARIO DE UNA CATARSIS. Capítulo 14. "Bendita locura" En la limpieza de fotos, anoche, volvió a aparecer el bueno de Paulin...