Creo que a todos nos está costando reemprender la marcha y eso que yo ya le inicié hace unas semanas... Perdonadme que desde el lunes no os haya contado de la vida, pero la mía no ha parado casi nada. Es cierto que he equilibrado perfectamente las obligaciones y las querencias, y que éstas han pasado por casa y por la limpieza doméstica. Septiembre, que huele a otoños y a nubarrones, a mí me sirve de año nuevo y me recargo con mis promesas de ser más feliz que nunca y frenarme menos que siempre. Luego la verdad y el tiempo ajustan estas propuestas de cambio pero tener la iniciativa, que vaya por delante, es buena cosa... ¿No?
Como ayer regresaba a la tele, tenía por delante, ahora ya por detrás, muchas horas de labor. El programa salió bordado, en la línea de lo que pretendía: volví a sentir los nervios agarrados al estómago, una sensación que en la tele te da la vida. El lunes pasó cómo os conté. Y el martes, me parecía el lunes, pero no, acabó con final en la falla, primero tomando un vino blanco a la salud de los reencuentros y luego en el ensayo de esa "Goleta" que ha escrito Ángeles y que está a punto de ponerse a zarpar... Me compré por la tarde una agenda y una libreta, no sé si lo conté, y en ella voy organizando mis días. Había comido con Manu, como planeé y me dejé la tarde escribiendo presentación en casa de Angelita. De la libreta de las tapas verdes todavía no encuentro la razón de por qué la compré, pero sé que en ella pasará algo... Ya os iré diciendo: acordaos de la libreta de las tapas verdes. Por si acaso.
Carol anunció que van a ser papás mientras repasaba las cuentas de la lotería con Mari Carmen Planells, Miguel y Lorena en el despacho. Cuando salí, me comentaron que habría que cambiar las escenas de la futura mamá en la presentación de diciembre sin decir por qué; pero enseguida entendí qué estaba pasando y les dí la enhorabuena. Seguimos con el ensayo poco más, hasta que Nick me trajo a casa. Recordé entonces que no había cenado.
La limpieza de mi habitación se hizo cuesta arriba el miércoles por la mañana. Tenía comisión de urbanismo al mediodía el martes, y el miércoles repetimos patrón con una de interior: así que, entre unas cosas y otras, me planté en el mediodía, como se suele decir, con la casa por barrer. Papá y Edurne se habían quedado al cuidado de la casa con mi madre, que llegó cuando yo ya salía para el Ayuntamiento. Al regresar, la comida preparada y con mi hermana ya preparada para comer en familia. Me acercaron a Tono a cortarme el pelo, apuré la tarde en el Zara y me fui a la tele para emprender la temporada correspondiente. Me puse al día de algunas cuestiones con Javi y emprendimos el trabajo para levantar el telón una temporada más... ¡Y ya van ocho!
Acabó el programa y nos fuimos a cenar al Foster's del Ayuntamiento Diegopa, Laurita, Elena, Boro que se unió y servidor: nos reímos y nos tronchamos. Hicimos el oso y nos dejamos ya de madrugada. Laura me trajo a casa. Chateé algo y me fui a dormir...
Me desperté a las nueve y media. Y me he despertado de nuevo a las diez y cuarto. Si no tengo trabajo por las mañanas es habitual que me deje dormir el jueves para recuperar la adrenalina que perdemos en cada "Tot és Festa". Dedico la mañana a casi nada en concreto, arreglando algo aquí y allí, en el ordenador y haciendo chuletas para comer y para cenar. La tarde, más de lo mismo. Me acerco al Gran Turia, paso por Zara y por Carrefour. Regreso a casa. Ceno con la tele enfrente, ultimo la boda de Jose y Moncho, que tenemos el sábado y arreglo vía whatsapp algunos desaguisados que tenía pendiente... Ahora ya, con calor de agosto, me voy a dormir. Quizá si vuelva a las lecturas de verano y a pensar qué hago con la libreta de las tapas verdes...
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