viernes, 29 de junio de 2012

LLUVIA DE CENIZAS


Qué inquietante belleza nos trae el fuego desde tan lejos. El yin y el yan una vez más de la vida, la alegría y la pena, el dolor y la fortuna, la suerte y la desdicha... Las dos caricias del filo de un cuchillo por el que serpeamos hoy soy la imagen del cielo al que volví a mirar. Me despierto porque me despiertan al teléfono y rememoro anoche cenando en "El tanguito", saliendo en el coche de Pepa a la calle de la Paz y pasando por el Cyrano antes de acostarme. Recuerdo anoche con calor y un manto de ceniza que ha seguido toda la noche. Hoy, todo el día, mirando al cielo, la capa gris está de un naranja encendido que lo convierte todo en un filtro de cine. Y el balcón está precioso. Y las plantas y las fachadas y las caras de perplejidad del mundo que sigue caminando por la calle bajo una lluvia de cenizas...

La desdicha es aquélla. Que este cielo enigmático y de final de todo, de apocalipsis en junio, viene lamentablemente de los fuegos de Dos Aguas, que arden monte arriba para deseperación de todos... Y sin embargo, ese cielo naranja me atrapa, como ahora la guitarra de Bebo y El Cigala cantando "Corazón Loco", puede que suene en mi primer programa de radio... Hoy se ha hecho oficial. Hoy ya os puedo decir que laten mis pulsos por este nuevo proyecto que me dejará en julio atado al micro de la 97.7 FM. "Esos locos días de verano" serán mi nuevo proyecto, del que os fui dando gotas sin contar nada más que esto que ahora os digo. En facebook he dejado la noticia esta mañana y son legión los que se alegran por mí. Siento ahora la responsabilidad y el cariño. Y el cielo naranja acompaña esta tarde con el aire acondicionado puesto, la tele en silencio y el Spotify que se queda mudo de vez en cuando...


"Fue entonces cuando el vagabundo, sucio por avaricia, raída la ropa, arrastrando los pies con sus zapatos deshechos vociferaba en la calle:


- Que no os asusten las cenizas, vosotros que no véis, que empezarán a partirse las piedras... ¡Qué no os asusten las cenizas, que sólo caen! La tierra, cuando se abra, bajo vuestros pies...


Encontre en su alcohólico paseo un rastro de poesía urbana absoluto. Se marchó por la acera naranja del otro lado de este mar de cemento mientras calculaba a meter las llaves en la pañera, mirando por el cristal como un retrovisor a ver si se marchaba... Y mientras le vi, serpeante, de espaldas a mí caminar como bajo un yugo, pensé:


- Ahí lo tienes... El poeta. El único que no teme a las cenizas que hoy llora el cielo. El profeta que ya sabe cómo se romperán las piedras..."

Sigo mi camino. Hoy, sin parar, como siempre. A partir del lunes una preocupación nueva cada mañana y una devoción cada vez que se encienda la luz roja del locutorio. Qué contento estoy. Qué feliz (nervioso), sorprendentemente responsable y tranquilo (nervioso). Qué contento...

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