lunes, 20 de febrero de 2012

CAUSALIDADES


Me castigó ahora a mí mismo, me autoflagelo, recordando que os he mantenido alejados una semana, como si me hubiera ido de vacaciones pero sin hacerlo en realidad... Así que, me vengo siete días después de Sevilla con sus casualidades, a mi casa, hora una de la madrugada, y las causalidades... La primera y principal: el no tener motivo. El que he desmoronado mis agendas y acudo por impulso a sitios, citas y cuestiones, pero no organizo mis días con una actividad al nivel que debiera. Y esta causalidad, que además es la única, la corrijo desde ya mismo... Lo prometo.

El lunes pasado volví de Sevilla, recordamos, medio dormido por la falta de sueños y con más ganas de seguir volando que de tomar pista. Me encontré con Alejandro con el que esta semana hemos tomado café alguna mañana, vía cibernética. Vine con David Alcalde, con quien coincidí de nuevo anoche, en la cena de la Fallera Mayor en que volvimos a entregarnos a tope...

La semana en términos generales ha tenido sus momentos algunos de ellos de sacudida y espasmo, otros de tranquilidad absoluta, de relajo y desconexión. Pasé por Ernesto el viernes a hacerme un chaleco nuevo para la ofrenda y al final salgo con traje entero,... Acaban ahora los Goya en la tele, triunfa "No habrá paz para los malvados"... Y pienso en cuestiones de mi propia vida...

El lunes tuve dos reuniones de trabajo. El martes reunión por la Santa Verbena. El miércoles programa en la tele (luego cenamos Raúl, Leo y yo en el Kentacky). El jueves recogimos el llibret, comisión de cultura y cena en casa de María con vinitos hasta las dos y copa final entre actores a la puerta del Cyrano. Y el viernes, presentación de Sevilla - Denia con Cyrano entre Anaaparicio y Alfredosabater, Mónica y Miguel Ángel, Angelita y la trouppe de Galiana. Cinco de la mañana, frío, taxi y a casa... Dormí hasta caer de la cama al mediodía y aún así rematé con una siesta de una hora que se me fue de las manos: quería dormir una hora y me caí tres. En una hora me afeité, me duché y en taxi llegué al Medium, donde cenábamos con nuestra Sandrita, emocionada fallera mayor... Tuvimos de todo. Nos fuimos al Ochenta y pop y salimos cuando nos echaron, literalmente. Aún así pasamos por el Trina a desayunar y hemos llegado a casa de día.

Me desperté con ganas de comer una sopa y reventé el tarro calentándolo al baño María. La tarde la he pasado entre palomitas de maíz y viendo "Va a ser que nadie es perfecto", como preludio a una cena ibérica con jamón, huevos y patatas y una gala de los Goya.

Entre la semana, con sus causalidades, salí por patas de un sitio donde no me apetece nada estar. De pequeñito siempre me sorprendía en el circo cuando los lanzadores de cuchillos se la jugaban contra la rueda giratoria donde las chicas se quedaban atadas. Desde entonces me ha maravillado siempre la capacidad de algunas personas para disparar cuchillos y la habilidad de servidor para, hasta el momento, intentar esquivarlos. La vida es más fácil, importante y divertida.

Pd: Quedé a comer el miércoles con Javi porque me llamó para que habláramos. Y hablamos. [Hablamos del silencio.]. No procede decir más por aquí desde luego. No sé con qué sensación se iría él, a ratos dudo yo de la que me llevé también. Y al final, como siempre, la vida y sus casualidades. Perdón, sus causalidades...

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