ECHANDO EL TELÓN POR HOY

Tengo un cansancio atroz. Ahora ya sé diferenciar entre cansancio y agotamiento, porque el segundo lo sufrí después de fallas y es algo horrible. Lo mío, de hoy, de ahora noche, diez y cuarto, es cansancio. De no haber parado nada... El viernes rematamos Angelita y servidor dandónos un homenaje de sushi y wasabi en nuestro japonés favorito compartido. Luego nos pasamos por Cyrano, donde acudieron Gueguel y Luis, Leo, Laura y Raúl. Teníamos fiesta en Cyrano, con sorteo de depilaciones incluído, y nos dieron las cuatro cuando salíamos del pub. Yo me hice un regreso a Mislata, vía taxi y hasta la mañana siguiente en qué seguimos con nuestros ensayos en la falla. Comimos en El Camerino, porque vinieron Kone y Aurora, con Dani y Martín, además de los que vivimos por aquí. Me supo mal no poder estar más tranquilamente con ellos, pero mereció la pena vernos, aunque fuera de una manera veloz. La tarde la pasamos ensayando hasta que me fui a presentar los bocetos de la falla Clero. Regresé a Noscarmientas, piqué algo en la barra y charramos un rato largo mientras veían el fútbol. Luego, regresé a Clero porque tenían fiesta con barra libre. Me lo pasé genial con Guillermo, Javi, Beto, y las respectivas señoras, además de muchos más amiguetes ruzafeños que se dejaron caer por el festival... Salí cerca de las tres de la mañana en taxi a Mirror: Amparito, Jessy y Julio esperaban junto a la barra para seguir el cachondeo y las palmas con que casi se nos hizo de día buscando el McAuto, al grito de las tierras de Bi. Me fui a dormir y me desperté con la mirada inyectada en sueño. Ducha y autobús a la falla. Hemos comido arròs negre y hemos ensayado toda la tarde... El sábado que vienes volvemos a escena y ahora nos quedan las horas finales de ensayo... Me he venido a casa con Nick, en el coche, charrando y pensando algunas cosas que desde hace tiempo me pasan y desde hace menos me rondan por la cabeza... Es domingo. Son las diez y veintitrés. Y echamos el telón por hoy... Feliz noche.

Posdata: era el cumple de Merche. Le llamé por teléfono y comunicaba. Qué raro tener problemas de comunicación con ella, nosotros ¡qué somos hasta de la telepatía!