lunes, 22 de noviembre de 2010

CONSEJOS

"Si pudieras dar un consejo, ¿cuál sería?" Lo oigo en la tele: calculo que "vive a tope y no hagas mal a nadie". En resumen, ese podría ser mi consejo. Los consejos de siempre, ha dicho mi madre, sólo se dan si te los piden. O te los pagan. Así que, dejo ahí el mensaje escrito, que lo coja quien quiera pero que se haga a la idea de que me lo ha pedido o, en cualquier otro caso, que le ponga precio y me haga un ingreso.

Debería de plantear otros consejos, para mí mismo, sobre los fines de semana...


El viernes tuve comisión de Interior. Acudí luego a un homenaje a Miguel Hernández, viento del pueblo, y al rato a una cena donde el Consell de la Joventut entregaba sus premios anuales. Han tenido a bien entregarme uno de esos premios, por mi labor como president del Consell, que lo fui, entre 2004 y 2007; aunque ahora me parezca tan lejano... Pasamos una noche agradable, divertida, con proyectos (aunque no nos los contáramos), con risas, muchas, en el pasaje, y en coche hasta Ruzafa. Tenía ganas de risas: estaban Mabel y Pepe, con Angelita y llegaron Carol, Sergio, Laura y David. Risas. Con Luis. Más risas: con la falla de nueva creación,... Y nos fuimos a Salamanca Conde Altea, y seguimos la parranda hasta que se hizo de día.

No os he dicho que llevo un trancazo de no te menees, que me apetece tumbarme a descansar algo, pero que no puedo porque me voy enseguida a grabar un reportaje en el Miguelete, del que os daré más cuentas, pronto...

El sábado anduve cansado hasta que salí a cenar, a casa de Mabel, que hacía mucho, pero mucho, que no la organizábamos tal cual: risas, cachondeo, cotilleos y trocotrós. A las tres de la mañana, empujado por el cansancio del fin de semana, nos hicimos al taxi y cruzamos la ciudad. Me desperté el domingo y me vestí de saragüell, me lo recordó el taxista peruano que me devolvió a casa. Tuvimos la presentación de Tomasos y nos plantamos allí para acompañar a nuestras Falleras Mayores, estreno en la barriada, al alimón, con María, la presi. 


Volví a casa a comer: patatas y huevo frito. Cansado a Valencia de nuevo, al ensayo de la falla: coge cuerpo que da horror. Es fantástico, de verdad. Cenamos en casa de Angelita: chino. Y vino Carol con David a traernos lotería de Doña Manolita, a traernos suerte...

Miro a mi alrededor y me siento afortunado. Tengo suerte.

¿Otro consejo? Mira a tu alrededor y siéntete feliz... Yo lo hago.

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