domingo, 13 de septiembre de 2009

LO QUE AGOSTO MADURA, SEPTIEMBRE LO ASEGURA

Cuestión de tiempo, esa es la razón más esgrimida en las últimas semanas... El repaso a lo que fue agosto (preparando el mosto) ha llegado tras un fin de semana intenso en el que celebramos el cumple de Laura, estuve por Cyrano hasta el día, paseamos bajo el anuncio de lluvias por el centro de Valencia, celebramos el homenaje de María Oliver y nos fuimos a Calvestra, de fiestas varias... Agosto fue intenso e inmenso. Espectacular.

Primero por el regreso siempre celebrado a Ibiza. Con David y Carol, Ángeles, Sergi y Laura. La casa, los coches, las horas, las risas, las horas, la cocina, la piscina, el retorno, el pa amb oli, la sobrasada, el ron, las sandías, Rogelia, las fotos, los mercaditos, las calas, salir, entrar, Amnesia, nadar, volar, el Bora, los recién conocidos de ultramar, los encuentros, la vida... Ibiza, al fin y al cabo, una vez más, con gente nueva, con risas nuevas, con muchas experiencias, con mucho relax, con aire nuevo, libre, sin nubes, bajo el manto de protección de la isla blanca a la que nos tocará llegar de nuevo. Como si fuera la primera vez.



Sarrión también es un sitio que me devuelve a las primeras veces... Volver en fiestas fue una locura, un descanso sin horas de dormir, una fiesta continua, echar en falta muchas cosas y celebrar, por el contrario otras... Las fiestas de Sarrión fue un desfase de pocas personas y ver el sol cada día... Sarrión como siempre fue volver a las raíces de uno mismo y reencontrarme con muchos espacios... Con mis rincones del alma. Con Sarrión, una vez más. Como si fuera la primera...



A la vuelta, otra fiesta, porque incluyendo las de Mislata, agosto tuvo muchas y muy buenas. Pero una de las mejores, sin dudarlo en mucho tiempo, fue reunir a algo más de treinta amigos para cenar y celebrar mi cumpleaños. Fue un placer juntar a tanta y tan buena gente, una fiesta de alegría compartida y de horas de no parar. Incluyendo la visita de los pingüinos al Cyrano...



Y entre fiestas y vueltas, y vueltas a la normalidad, agosto se fue cayendo bajo un calor justiciero y un sol de justicia. Agosto es el mes de mi vida en el que más veces he visto amanecer y en el que se fueron cumpliendo muchos retos que ahora, pocos días después, han dado su fruto. Agosto es mi mes de vida, desde que nací un 16. Y este año ha sido un festival de amistades bien cuidadas... Agosto, que no dejó de madurar...





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