Cuando los periodistas recibimos una noticia embargada es porque no nos dejan darla a conocer hasta llegado un momento determinado, por mucho que ya la conozcamos. La de Aída y Pablo, felicidades chicos, ha sido una boda en esos términos. Lejitos como están ellos, veraniegos y tropicales, nos enviaron un mail diciéndonos que pasaban por el altar, aunque no dijéramos nada porque no querían que se enterase así la gente a los que ellos no les hubieran podido avisar. ¡Una boda embargada en toda regla!
Y así lo hicimos. Silencio absoluto hasta que, como la Pantoja en el Hola, nos han llegado las imágenes exclusivas de un matrimonio al que le deseo la mejor de las suertes... No se librarán de celebrarlo en su momento, incluída despedida de soltero, porque nosotros somos muy de la fiesta. Pero vaya por delante nuestra alegría y felicitación para los recién casados, que se lo merecen todo. Muy especialmente mi Aída, con permiso de Pablo, con la que tan buenos momentos nos hemos pasado...
Al salir del teatro, emprendimos marcha por la Gran Vía. Yo caminaba junto a Pablo, a dos escasos metros, menos seguro, de Aída y Mamen. La noche se estaba comiendo Madrid y nosotros decidimos bebérnosla. Caminamos junto a la Plaza de Santa Ana y encontramos aquél pub de dos pisos donde siempre acabo entrando. Pasamos la noche entre risas y cansancio. Hablando de futuro. Coincidimos en Madrid cuando Aída ya volvía de Brasil. Pablo la trajo a casa cuando Mamen y yo salíamos a cenar a un restaurante chino muy especial. Fuimos al teatro, sábado por la noche. Y al salir decidimos seguir la noche, pese a nuestro cansancio. Fue el último día que nos vimos. Y aún los tengo muy presentes...
Felicidad chicos, mucha felicidad. Y para siempre. Un beso.
1 comentario:
Sabes que no entiendo mucho de lenguaje periodístico. Lo mío son otras “especies”…
Lo primero que he hecho, después de leer la entrañable entrada sobre nuestra boda, de Pablo y mía, en tu blog, ha sido buscar en el diccionario la palabra embargar. Sé que significa, pero me apetece ver la definición exacta de la RAE.
Embargar
(Del lat. vulg. *imbarricāre).
1. tr. Dificultar, impedir, detener.
2. tr. Dicho de los sentidos y potencias del alma: Suspender, paralizar a alguien.
3. tr. Der. Retener, en virtud de mandamiento judicial, un bien que queda sujeto a las resultas de un procedimiento o juicio.
Tengo que reconocer que sí, que la noticia fue embargada durante un tiempo. Los problemas logísticos lo requerían. ¡Pero la boda NO! Aunque son los giros del lenguaje periodístico los que hacen posible el juego de palabras. Y si el que juegas eres tú, amigo Jaime, el resultado es siempre bueno.
Nos ha alegrado mucho que hayas “publicado” la “exclusiva” en Las hojas perdidas de Bronchud. Muchísimas gracias por acordarte de nosotros y muchísimas gracias por escribir con el cariño que lo haces.
Fue una boda muy bonita. Lejitos, como tú dices, y también veraniega aunque no tan tropical. Nos dieron mucha fuerza todas las muestras de alegría y entusiasmo que nos hicisteis llegar entre familia y amigos según iba llegando la noticia. Y pasamos un día muy, muy, muy especial.
No dudes ni por un momento que habrá fiesta. Por supuesto que lo celebraremos todos juntos, “como está mandao”. Y habrá más fotos, porque el álbum sólo lo terminaremos cuando estemos todos juntos. Y quien sabe… ¡lo mismo te damos de nuevo la exclusiva!
Muchas gracias Jaime y muchos besos. Tenemos muchas ganas de verte para poner nuevas imágenes a “el último día que nos vimos” y para aumentar otro poco el saco de tantos buenísimos momentos que hemos pasado juntos, durante tantos años… ¡Y los que nos quedan!
Pablo y Aida.
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