viernes, 30 de mayo de 2008

A DE ANGELES




Ayer, Ángeles (Angelita) celebró años, que en su caso es sumar experiencia, inteligencia y vida (cuando no todos lo consiguen). Hace años, hacia las tantas de la mañana, le envié un mensaje: le venía a decir algo así como "gracias a la vida" que me ha regalado a mi mitad perfecta. Años después seguimos, creo que con la misma energía, complicidad, amistad y afecto que el día en que nos conocimos. A ella le encantaría que dijera "el día en que nos conocimos por primera vez", aunque es cierto que con ella nos conocemos cada día por primera vez y nos vamos sabiendo que sin ser la última...

Tenemos muchas cosas en común, más allá de Lázaro Carreter, Benedetti, el cine y otras aficiones. Los dos, especialmente yo, odiamos estas demostraciones de cariño que no nos pegan nada, y aunque me cuesta escribirlo, se ha ganado con creces.

Así que, ya que estamos:

Gracias por ser tú y compartirte conmigo.
Gracias por dejarme estar al lado (y en frente).
Gracias por no dejarme solo.
Gracias por estar siempre.
Gracias por descolgar el teléfono cuando llamo.
Y por llamarme cuando necesitas que lo descuelgue.
Gracias por vivir y dejarme vivir contigo.
Gracias por tu sonrisa.
Gracias por tu risa.
Gracias por tu carcajada.
(Gracias por tu cera húmeda para el pelo y por dejarme ir a comprar ropa contigo).
Gracias por cada adelante.
Gracias por no mirar hacia atrás.
Gracias por ser tan generosa. Tan buena gente.
Gracias por tu raza.
Gracias por prestarme a tu familia (ya te la devolveré).
Gracias por cada minuto de ánimo.
Gracias por cada aliento (ante el desaliento).
Gracias por el esfuerzo.
Gracias por hacerme salir de la rutina.
Gracias por no hacerme saber qué es monotonía.
Gracias por haberme contratado para toda la vida.
Gracias por escucharme y sobre todo por hablarme.
Gracias por decirme que "sobretodo" se escribe separado.
Gracias por contagiarme de tu felicidad.
Gracias por intentar agarrarte a la mía, cuando la vida te pone gris.
Gracias por tantas horas juntos sintiendo en cada momento que eres la más grande (aunque sabes que yo soy de Rocío).
Gracias por la complicidad que tenemos (y que muchos envidiarán, seguramente).
Gracias por no envidiarme ni hacer que te envidie.
Gracias por no haber rivalizado.
Gracias por no haberme traicionado.
Gracias por todo lo que te debo (y te deberé). Y te seguiré debiendo...

Un regalo te propongo... (Porque no teníamos una canción que fuera "la nuestra"...)

5 comentarios:

Manuel Andrés Zarapico dijo...

Precioso.

Anónimo dijo...

Precioso yo? Usted que me mira con buenos ojos, Zalamero. ¡Perdón, Zarapico!

Anónimo dijo...

Hay leyendas que dicen que antes de nacer tenemos más partes. Cuando nos toca bajar a la tierra esas partes se dividen y se separan. Durante la vida vas buscando esos trozos que te faltan para completar tu yo. Y es muy difícil, porque el mundo es muy grande, hay mucha gente y muchas épocas. Tiene que coincidir que nazcas en la misma ciudad, en la misma época y que la vida te haga encontrar tus trozos. Hasta que un día la luz te hace encontrar alguno, te sientes más completo, no sabes por qué pero notas que forma parte de ti. Tu eres una de esas partes, nos conocimos por la luz (textual) eso tiene que ser una señal. Gracias a ti porque juntos somos algo grande.

Manuel Andrés Zarapico dijo...

Perdón, pero he mirado rápido la entrada de "anónimo" y dice algo de partes que se tocan...

Anónimo dijo...

Esa química que respiro cuando estáis cerca, me hace comprender el sentido de la frase "When two become one"
Y de la palabra PUTA claro, pero ese es ya otro asunto.

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