La foto es de Lázaro, con él me voy a la India (Él me empuja). Y me apetece porque no me apetecía y me empieza a apetecer, porque como a veces le digo, no soy consciente de que en poco tiempo estaré tan lejos de aquí, ahora que no tengo que desaparecer ni ganas de irme lejos. Pero sé que será una gran experiencia, al límite, supervivencia de hotel asiático y arroz con curry. Merecerá la pena, sin dudarlo.
No sé adónde voy ni porqué. Y eso, ahora, me apetece. Y mucho. Me apetece compartir silencios y horas de caminata. Me apetece el desierto en todoterreno y atardecer en Agra, junto al Taj Mahal. Me apetece vivir para contaros (y contar todo lo que viva). De momento, un visado, un pasaporte y tres fotos...
Recuerdo como incendiaban a la esposa de un fallecido en un capítulo de La vuelta al mundo de Willy Fogg; la novia del prota (dibujo animado de mi niñez), Romy, a punto estaba de arder sobre una pira incendiaria... Es mi primer recuerdo de la India. Los últimos, os los iré contando.
1 comentario:
Espero que cuando estéis allí, frente al Taj Mahal os acordéis de mí. Yo bailaré un tango en vuestro honor.
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